Curiosidades
¿Cómo duermen los peces?
En un estudio realizado en el 2007, un grupo de peces cebra se vio privado de sus 6 horas de sueño. Y al día siguiente, todos ellos estaban anormalmente indolentes
El sueño es esencial para cualquier especie... y no sólo para los mamíferos. Si el cuerpo y el cerebro no descansan, no podrán recuperarse después de la actividad y no podrá consolidarse la información que se ha absorbido durante el día. Sí que es cierto que en el caso de los humanos y del resto de mamíferos, el sueño es muy fácil de identificar. Sin embargo, el hecho de que los peces tengan una anatomía diferente, no significa que no necesitan un buen descanso.
La definición que la Real Academia Española o RAE da como definición de ‘dormir’: “Hallarse en el estado de reposo, que consiste en la inacción o suspensión de los sentidos y de todo movimiento voluntario”. Si nos guiamos por esta descripción, entonces no, los peces no duermen. Porque los peces sí que se mantienen alerta... incluso pueden hacer movimientos voluntarios.
Sin embargo, hay una definición de ‘dormir’ en la que sí que podría incluirse el sueño de los peces. La formuló un psicólogo francés en el año 1913 y según su explicación, para que fuese considerado “dormir” debían cumplirse estas condiciones:
1. Que la especie mantenga una postura de sueño específica (como acostarse para los humanos)
2. El mantenimiento de un estado de quietud, inactividad o ralentización
3. Es más o menos difícil volver a un estado de consciencia plena, pero es posible.
Los peces cumplen todas estos requisitos. Así que, según este criterio, los peces sí duermen. Si no fuese así, la falta de descanso tendría un impacto inmediato sobre su capacidad para funcionar correctamente (como ocurriría en cualquier especie). En un estudio realizado en el 2007, un grupo de peces cebra se vio privado de sus 6 horas de sueño. Y al día siguiente, todos ellos estaban anormalmente indolentes. Además había otras muchas manifestaciones, como una sustancial reducción del movimiento de sus bocas y de sus branquias.
Cómo duermen
La primera diferencia reseñable es que los peces no tienen párpados, por lo que duermen con los ojos abiertos. En su lugar, sus ojos están protegidos por una membrana que los cubre e impide que la luz los atraviese y el sueño se vea interrumpido. Y a diferencia de los humanos, los peces nunca entran en una fase REM (o algo que se le parezca). Ellos no gozan del privilegio de poder permitirse desconectar el cerebro o resguardarse en algún lugar en el que estén fuera de peligro. Viven en un entorno muy hostil y es imperativo que se mantengan siempre alerta.
Lo que sucede es que sus cuerpos disminuyen por un tiempo la frecuencia cardiaca y respiratoria, para -de esa forma- recuperar la máxima cantidad de energía posible. Eso sí, dependiendo de la especie, cada pez dormirá de una forma diferente y en un momento concreto del día. Algunos lo hacen por la noche, otros por el día... y otros no siguen ningún ciclo de sueño particular, sino que duermen cuando su cuerpo se lo pide y cuando su entorno se lo permite.
No obstante, hay otros elementos que también varían en función de la especie de pez. Algunos colocan una aleta en el fondo marino... como si de un ancla se tratase. De esta forma, se mantienen en un lugar que consideran relativamente seguro, y evitan que la corriente les empuje hacia otro lugar que no lo sea tanto. Otros peces, como el caso del ‘pez roncador’, emiten un ruido ‘amenazador’ cuando están dormidos, que evita que se acerque cualquier depredador. Otros mueven lentamente las aletas para estabilizarse en el agua y para poder actuar de inmediato en el caso de que un peligro se aproxime.
Hay una técnica muy interesante que llevan a cabo algunas especies, que consiste en hacer uso de su vejiga natatoria para subir a la superficie para respirar, y a continuación, descender hasta el fondo para resguardarse de los peligros. Y todo ello sucede sin que se interrumpa el sueño. Pero este es un privilegio únicamente reservado para aquellas especies que disponen de vejiga natatoria, que es un órgano que hace las veces de flotador; y se hincha o se deshincha a placer.
Pero claro, no todos tienen esa suerte. Por ejemplo, los tiburones no disponen de un órgano como este (ni nada que se le parezca). Por lo que se ven obligados a mantenerse siempre en constante movimiento y subir aleteando a la superficie para poder respirar... aún cuando están dormidos.
Un caso especial
Como es mundialmente conocido, existen muchas especies de mamíferos marinos, como los delfines o las ballenas. Y en estos casos, la diferencia en el método para dormir también es clara. Estas especies se caracterizan por tener un sueño uni-esférico. Que es un tipo de sueño que podemos encontrar en otras especies, como en los gansos. Esto quiere decir que,mientras una parte del cerebro duerme, la otra está perfectamente activa.
Es un tipo de sueño que también sirve como precaución para un “problema” que afecta especialmente a estas especies: A diferencia de lo que ocurre con los humanos, que respiramos “en piloto automático” de forma involuntaria, su respiración es voluntaria y su cerebro tiene que decirle a sus pulmones que absorban aire. De esta forma, los mamíferos marinos pueden seguir nadando y subir a la superficie para respirar mientras duermen.
Algo que también es sumamente curioso es que estos animales conservan siempre un ojo abierto. En función del hemisferio que esté activo, se abrirá un ojo u otro. Pero así pueden observar permanentemente lo que sucede a su alrededor yestar alerta por si aparece cualquier depredador o cualquier presa.
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