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El mundo podría alcanzar este año niveles record de pobreza extrema

La covid, el alza de precios y la guerra de Ucrania dejarán a otros 260 millones de personas al límite de la subsistencia

Un señor mayor busca en una papelera de la calle, en Madrid
Un señor mayor busca en una papelera de la calle, en MadridAlberto R. RoldanAlberto R. Roldan

Estamos en un momento crítico en distintos ámbitos, pero hay dos que preocupan especialmente: la crisis climática y la debacle económica que está sucediendo a la pandemia a nivel mundial.

Más de 260 millones de personas adicionales – una cifra que equivale a las poblaciones del Reino Unido, Francia, Alemania y España juntas – podrían verse sumidas en la pobreza extrema en 2022 como consecuencia de la covid, el aumento de las desigualdades a nivel global y el incremento desorbitado de los precios de los alimentos, todo ello exacerbado por la guerra en Ucrania, según denuncia Oxfam Intermón en un informe publicado hoy.

El análisis – “Tras la crisis, la catástrofe” – apunta a que, para finales de este año, un total de 860 millones de personas podrían vivir en situación de pobreza extrema – es decir, con menos de 1,9 dólares al día–. Esto también se reflejaría en los niveles de hambre a nivel mundial: el número de personas que padecen desnutrición podría alcanzar los 827 millones este año.

“Si no se toman medidas radicales e inmediatas, podríamos estar ante el mayor aumento de los niveles de la pobreza extrema y sufrimiento de la humanidad del que se tiene constancia”, advierte el director de Oxfam Intermón Franc Cortada. “Este panorama es aún más desolador si tenemos en cuenta los billones de dólares acaparados por un puñado de hombres poderosos sin ningún interés por frenar esta escalada”.

Récord de subida de precios

En el mes de febrero, los precios de los alimentos a nivel global marcaron un nuevo récord, superando el alcanzado en la crisis de 2011. “Mientras, los gigantes del petróleo y el gas están registrando beneficios récord, algo que se prevé que también suceda en el sector de los alimentos y las bebidas”, señala el informe.

En España, la subida del IPC hasta el 9,8 % en marzo – la más alta que registrada desde mayo de 1985 – supone ya una pérdida global de poder adquisitivo (16.700 millones de euros, según la fundación Funcas), y afecta especialmente a los hogares con rentas más bajas. Esta situación coloca al país en una realidad de crisis de inflación que viene a agravar la situación generada por la covid donde, en el primer año de pandemia, más de un millón de personas pasaron a encontrarse en situación de carencia material severa y el impacto económico y social del virus ya implicó que más de 600 mil hogares pasaran a vivir sin ningún tipo de ingreso.

El incremento del precio de los alimentos supone el 17% del gasto de los consumidores en países ricos, pero este alcanza el 40 % en el África subsahariana. Incluso en las economías ricas, la inflación está exacerbando las desigualdades. Por ejemplo, en EE. UU, el 20% más pobre de las familias destina el 27% de sus ingresos a a comprar alimentos, mientras que el 20% más rico, tan solo el 7 %, explica el informe.

Aumentar los impuestos a los más ricos

“A pesar de que los costes derivados de la covid continúan subiendo y que las riquezas de los milmillonarios se han incrementado más desde el inicio de la pandemia que en los anteriores 14 añosjuntos, los gobiernos continúan sin aumentar los impuestos a los más ricos. Un impuesto anual sobre el patrimonio – comenzando en tan solo un 2 % para las fortunas millonarias y llegando al 5 % en el caso de las milmillonarias– podría generar 2,52 billones de dólares cada año, suficiente para sacar de la pobreza a 2.300 millones de personas, fabricar vacunas para todo el mundo y proporcionar servicios de salud y protección social universales a la población de los países de renta media y baja”. Así de contundente se muestra el análisis al ofrecer soluciones “creativas” que muestran que la realidad es que los gobiernos no tienen voluntad real de cambiar las cosas.

“Rechazamos la idea de que los Gobiernos no tienen fondos o medios suficientes para sacar a todas las personas del hambre y la pobreza y garantizar su salud y bienestar. Por el contrario, lo que sí vemos es una total falta de creatividad económica y voluntad política para hacerlo”, subraya Cortada.

Entre las peticiones de la ONG a los gobiernos en países como el nuestro, está la de adoptar soluciones para proteger a las personas frente al aumento de los precios de los alimentos y crear un fondo global de protección social para ayudar a los países más pobres a garantizar una seguridad de ingresos básica. También se les pide implementar un Plan Nacional “ambicioso” que contenga un paquete amplio de recursos de protección social y de suficiencia tributaria.