Medio Ambiente
Investigadores españoles desarrollan una boya marina inteligente para salvar ballenas
Este sistema de alerta temprana ayudará a evitar colisiones entre los cetáceos y las embarcaciones que navegan por el golfo de Corcovado, donde está presente el 10% de las ballenas azules de todo el mundo.
Una boya marina inteligente equipada con tecnología de vanguardia desarrollada por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y preparada para desviar a las embarcaciones frente a la presencia de ballenas para evitar colisiones se ha instalado en el golfo de Corcovado, en Chiloé (Chile).
Según informó la UPC en un comunicado, la iniciativa se enmarca en el proyecto ‘The Blue BOAT Initiative’, desarrollado por el Ministerio de Medio Ambiente de Chile, la Fundación Meri y la UPC, y la boya ya ha comenzado a transmitir señales.
El director del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la UPC, Michel André, explicó que “la instalación de esta primera boya supone un avance para la sociedad a la hora de resolver el conflicto hombre-naturaleza y demuestra nuestra capacidad tecnológica de combinar intereses económicos con la conservación de los hábitats naturales”.
“Desde la UPC, nos sentimos orgullosos de poder contribuir al éxito de esta iniciativa impulsada por la Fundación Meri y el Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de Chile, cuya proyección e impacto internacional a lo largo de todo el continente americano permitirá profundizar en el conocimiento de los retos a los que se enfrenta el océano Pacífico actualmente”, añadió André.
La ministra de Medio Ambiente de Chile, Maisa Rojas, aseguró que: “Este sistema de alerta temprana nos ayudará a evitar colisiones entre los cetáceos y las embarcaciones que navegan por esta zona, donde, según se estima, está presente al menos el 10% de las ballenas azules de todo el mundo, y nuestro compromiso con la biodiversidad y con el planeta es darle la mayor protección que podamos”.
Por su parte, la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Silvia Díaz, indicó que: “Entendemos la ciencia y la tecnología como las herramientas clave para conseguir soluciones eficientes e innovadoras a las grandes tareas que nos impone nuestra época; una de estas grandes tareas es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo, en el marco de una transición socioecológica justa”.
Según la UPC, cada ballena azul captura una media de 33 toneladas de carbono a lo largo de su vida, un “servicio ecosistémico marino” que reduce la presencia en la atmósfera de uno de los principales gases causantes del cambio climático.
Sin embargo, estas especies viven en constante amenaza por la actividad humana, en particular el tráfico marítimo.
‘The Blue BOAT Initiative’ tiene como objetivo instalar y conectar en Sudamérica el primer sistema de alerta temprana de presencia de ballenas con boyas inteligentes capaces de alertar en tiempo real a las embarcaciones de la presencia de estos cetáceos.
El propósito principal del proyecto es monitorizar la actividad humana en los océanos para evitar posibles colisiones y otros impactos negativos del tráfico marítimo, hacer estudios oceanográficos para evaluar la salud de los océanos y evaluar los servicios ecosistémicos marinos asociados a las ballenas en el contexto del cambio climático.
Las boyas inteligentes con tecnología de la UPC incluyen un sistema de inteligencia artificial que permite no solo monitorizar la presencia de ballenas, sino escuchar los sonidos de los océanos.
Se trata de boyas inteligentes equipadas con hidrófonos, sensores oceanográficos y transmisores con la tecnología Listen To The Deep Ocean (LIDO), desarrollada por el equipo liderado por Michel André, científico experto en bioacústica, fundador y presidente de The Sense of Silence Foundation (TSOF) y fundador de la empresa Sonsetc Making Sense of Sounds.
Las señales que emita la boya inteligente en el golfo de Corcovado son recibidas online por la Armada de Chile, que será la institución encargada de alertar a las embarcaciones de la presencia de ballenas para que, en caso necesario, desvíen la ruta o disminuyan la velocidad.
La boya, además, cuenta con sensores de temperatura, pH, salinidad, nutrientes, clorofila (a través de un fluorímetro) y oxígeno disuelto, para que registre las variaciones en el océano, y cuyos datos servirán para elaborar estudios oceanográficos con indicadores del impacto del cambio climático en la biodiversidad marina.
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