Las oraciones

Francisco, en el Ángelus de Año Nuevo: “Nos unimos todos, con un solo corazón y una sola alma, a Benedicto XVI”

El pontífice argentino recuerda al Papa emérito como un “fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”

El Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus
El Papa Francisco, durante el rezo del ÁngelusAndrew MedichiniAgencia AP

Francisco ha arrancado 2023 con su pensamiento puesto en Benedicto XVI. Así lo ha verbalizado en el transcurso del rezo del ángelus con motivo del Año Nuevo en el marco de la festividad de Santa María Madre de Dios.

“En estas horas invocamos su intercesión en particular por el Papa emérito Benedicto XVI, que ayer por la mañana partió de este mundo”, expresó el pontífice desde el balcón de los palacios apostólicos, en una Plaza de San Pedro con miles de fieles, que quisieron acercarse a compartir su oración por el pontífice fallecido. A la vez, señaló que “nos unimos todos, con un solo corazón y una sola alma, para dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”.

Junto a esta mención, Francisco hizo de nuevo un llamamiento a la paz en Ucrania, considerando “intolerable” que todavía hoy continúe la invasión rusa y los bombardeos contra el país. “En todo el mundo se grita un ‘No a la guerra’”, enfatizó el Papa argentino. No en vano, hoy la Iglesia celebra la Jornada Mundial por la Paz, instaurado por Pablo VI.

De la misma manera, se adentró en “el lenguaje propio de María” que “es el de la maternidad”. A partir de ahí, el Papa se centró en una de las palabras eje de su pontificado: la ternura, aterrizada a su cuidado al Niño Jesús. Y no se quedó ahí, sino que aterrizó la figura de la Virgen a la realidad cotidiana de todas las madres, que después de dar a luz, “siguen poniendo a sus hijos en el centro de todas las miradas: les dan de comer, les tienen en sus brazos, les depositan con delicadeza en la cuna”. “Cuidar es también el lenguaje de la Madre de Dios”, sentenció el pontífice.

Desde ahí, Francisco instó a los presentes en la plaza a “cuidar nuestra vida, nuestro tiempo, nuestra alma; cuidar la creación y el entorno en el que vivimos; y, más aún, cuidar del prójimo”.