Religión

Francisco aterriza en Sudán del Sur para desbloquear el proceso de paz

El Papa arranca al presidente del país el compromiso de dialogar con la disidencia tras una guerra con 400.000 muertos

Jornada de transición, pero efectiva, para Francisco dentro de su gira africana. Mañana de despedida de República Democrática del Congo donde ha denunciado la explotación y expropiación que sufre África entre multitudes que le han jaleado en cada una de sus citas de calle. Tarde de aterrizaje en Sudán del Sur donde acude para intentar apuntalar un proceso de paz que se resiste en una entente inédita con los líderes anglicano y baptista, las otras dos confesiones cristianas presente en el país.

No en vano, el Papa organizó esta parte del viaje con una petición expresa y personal de ser tratado en igualdad de condiciones sin favoritismos que el el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields.

Al igual que hiciera en todas sus alocuciones en Kinshasa, al llegar a Yuba, no recurrió a circunloquios ni a un lenguaje poético para reivindicar el final real de la violencia tras un mortecino acuerdo firmado en 2018 que llegó después de una guerra que provocó más de 400.000 fallecidos. «Ha llegado la hora de decir basta, sin condiciones y sin peros. Basta ya de sangre derramada, basta de conflictos, basta de agresiones y acusaciones recíprocas sobre quién ha sido culpable, basta de dejar al pueblo sediento de paz», aseveró Jorge Mario Bergoglio, que no se quedó ahí: «Basta de destrucción, es la hora de la construcción. Hay que dejar atrás el tiempo de la guerra y propiciar un tiempo de paz».

Así se expresó el pontífice argentino en el jardín del palacio presidencial después de conversar con el presidente sursudanés, Salva Kiir Mayardit, y el líder opositor y vicepresidente del Gobierno de unidad nacional, Riek Machar.

A ambos les recriminó en público que el camino de la reconciliación «ya no puede ser postergado» después de «haber escuchado el grito de todo un pueblo que, con gran dignidad, llora por la violencia que sufre, por la constante inseguridad, por la pobreza que lo golpea y por los desastres naturales que lo atormentan». En paralelo, expuso a los mandatarios que «están llamados a regenerar la vida social, como fuentes límpidas de prosperidad y de paz, porque esto es lo que necesitan los hijos de Sudán del Sur: padres, no patrones; pasos decididos hacia el desarrollo, no continuas caídas». «Es hora de pasar de las palabras a los hechos», apostilló. En su alocución, Francisco añadió una referencia a la protección de los cooperantes allí desplazados, al derecho a la educación de los niños y la defensa de la dignidad femenina en un tono especialmente beligerante: «Quien comete violencia contra una mujer, la comete contra Dios».

Las quejas del Papa fueron correspondidas por el presidente de Sudán del Sur, que le confirmó que levantará el bloqueo que mantenía para sentarse a negociar el acuerdo de paz con la disidencia: «En honor por la histórica visita del Santo Padre Francisco a nuestro país, y por nuestra declaración del 2023 como Año de la Paz y la Reconciliación, anuncio oficialmente el levantamiento de la suspensión de los Diálogos de Paz de Roma con los grupos de la resistencia». Eso sí, el mandatario africano dejó caer también en público que confía en que los no firmantes del acuerdo «emulen recíprocamente este gesto y se unan a nosotros honestamente para lograr una paz inclusiva para nuestro país».