Alerta en Japón
Alarmante aumento de casos graves por la "bacteria carnívora": "Está sucediendo algo sin precedentes"
Puede causar la destrucción de tejidos y fallo multiorgánico en apenas 48 horas
Japón se enfrenta a una crisis de salud pública ante el acelerado aumento de casos del síndrome de shock tóxico estreptocócico (STSS), una infección bacteriana devastadora que se está propagando rápidamente por todo el país. Según cifras del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, los casos de STSS registrados en la primera mitad de este año ya han superado el total de 2023, un repunte inquietante. La llamada «bacteria carnívora», responsable del STSS, una cepa particularmente agresiva del estreptococo del grupo A, puede causar la destrucción de los tejidos y un fallo multiorgánico en cuestión de 48 horas, exponiendo a los pacientes a un riesgo letal.
En los últimos meses, el país asiático se ha visto sacudido por este brote de la peligrosa bacteria que está cobrando vidas a un ritmo alarmante. El síndrome de shock tóxico estreptocócico es una enfermedad grave causada por una infección que se propaga a través de la bacteria estreptococo del grupo A (GAS por sus siglas en inglés). El STSS suele tener su origen en infecciones como la faringitis, infecciones cutáneas (como el impétigo o la celulitis) o invasivas como la fascitis necrotizante y la bacteriemia (presencia de bacterias en la sangre). Algunas cepas del GAS pueden provocar un cuadro clínico que se desarrolla a una velocidad vertiginosa. Los pacientes empiezan a sufrir dolor e hinchazón en las extremidades, fiebre alta y caída de la presión arterial. Estos síntomas iniciales pueden progresar rápidamente hacia una necrosis de los tejidos, problemas respiratorios y finalmente, un colapso multiorgánico.
Según datos del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, los casos de STSS han llegado a 977 hasta el 2 de junio, superando los 941 registrados en todo 2023. El profesor Ken Kikuchi, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Médica de la Mujer de Tokio, advirtió de que las proyecciones apuntan a que las infecciones podrían llegar a 2.500 casos este mismo año. «La mayoría de las muertes se producen en 48 horas», señaló Kikuchi. «En cuanto un paciente nota hinchazón en el pie por la mañana, puede expandirse hasta la rodilla a mediodía, y morir en un lapso de dos días».
Las alarmantes tasas de mortalidad del STSS, que oscilan entre el 30% y el 70% incluso con tratamiento antibiótico agresivo y hospitalización, han puesto al sistema sanitario japonés contra las cuerdas, en una carrera angustiosa por evitar desenlaces fatales. Los expertos advierten que el tratamiento debe iniciarse de manera inmediata si se quiere tener alguna posibilidad de frenar el avance de esta «bacteria carnívora». Es crucial que los pacientes reciban oxígeno, fluidos intravenosos, antibióticos y otras terapias de soporte vital sin demora. Incluso con una intervención precoz, los enfermos pueden tardar semanas o incluso meses en recuperarse por completo de los efectos físicos de esta enfermedad tan letal.
El STSS es más frecuente en personas con un sistema inmunitario deficiente, como los ancianos, las consumidoras de esteroides, las que se recuperan de una enfermedad reciente (sobre todo la varicela), las que padecen diabetes de tipo 2 o las que tienen problemas con las drogas o el alcohol. La demografía japonesa se caracteriza por un envejecimiento poblacional progresivo, lo cual puede ser un factor que contribuya a la incidencia particularmente elevada de la patología en el país.
Los expertos médicos enfatizan la importancia crítica de implementar medidas preventivas efectivas para controlar su diseminación, como un riguroso lavado de manos, el uso adecuado de mascarillas y la desinfección exhaustiva de superficies.
Japón no es el único país que se enfrenta a la propagación de esta peligrosa bacteria. A finales de 2022, al menos cinco naciones europeas comunicaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un aumento de los casos de enfermedad por estreptococos invasivos del grupo A (iGAS), que incluye el STSS. Según la OMS, este repunte de infecciones graves se produjo después del fin de las restricciones de salud pública impuestas durante la pandemia de Covid-19.
En medio de este escenario desolador, la esperanza se aferra a los esfuerzos por desarrollar una vacuna que pueda ofrecer un muro de contención frente a esta amenaza.
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