Salud
Alerta alimentaria en España: ordenan retirar estas naranjas que ponen en peligro la salud de los consumidores
Contienen clorpirifos, un pesticida prohibido en la Unión Europea el 2020 por su impacto en la salud humana y el medio ambiente
El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) ha emitido una nueva alerta alimentaria tras detectar niveles elevados de un peligroso pesticida en naranjas procedentes de Egipto, destinadas al mercado español. Como resultado, las autoridades han detenido la mercancía en el control fronterizo y han lanzado un aviso a nivel europeo.
Según la notificación, las naranjas contenían clorpirifos, un insecticida común en la agricultura, en concentraciones superiores a los límites legales. El Rasff ha calificado el riesgo para la salud como "grave" y ha informado del incidente debido al potencial riesgo para la salud pública.
Los análisis realizados por el organismo europeo revelaron una concentración de clorpirifos de 0,086 mg/kg-ppm, superando significativamente el Límite Máximo de Residuos (LMR) establecido en 0,01 mg/kg-ppm. Hasta el momento no se ha publicado ninguna información adicional sobre el producto afectado por esta alerta.
¿Qué son los clorpirifos?
Los clorpirifos son un tipo de insecticida organofosforado ampliamente utilizado en la agricultura para controlar una variedad de plagas en cultivos como maíz, soja, cítricos, entre otros. Desarrollados en la década de 1960, estos insecticidas han sido efectivos para proteger cultivos de insectos como moscas, pulgones y orugas.
El mecanismo de acción de los clorpirifos consiste en inhibir la enzima acetilcolinesterasa en el sistema nervioso de los insectos. Esta inhibición provoca una acumulación de acetilcolina, un neurotransmisor, en las sinapsis nerviosas, lo que lleva a una sobreestimulación del sistema nervioso y, finalmente, a la muerte del insecto.
A pesar de su eficacia, el uso de clorpirifos ha generado controversia debido a sus posibles efectos adversos en la salud humana y el medio ambiente. Estudios han mostrado que la exposición a clorpirifos puede afectar el desarrollo neurológico en humanos, especialmente en niños.
Además, los clorpirifos pueden persistir en el medio ambiente, contaminando suelos y cuerpos de agua, lo que permite su entrada en la cadena alimentaria y su potencial acumulación en organismos vivos.
Debido a estos riesgos, la Comisión Europea prohibió el uso de clorpirifos y metil-clorpirifos como pesticidas en 2020. Esta prohibición responde a la evidencia de que los niveles de exposición a estos compuestos pueden ser perjudiciales para la salud pública y el ecosistema. Hasta entonces se utilizaban ampliamente en España.
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