Actualidad

Pintura

La «mirada mágica» de la Mona Lisa es un mito

Dos investigadores analizan el cuadro para concluir que la pintura no sigue al espectador

Los autores del estudio, Gernot Horstmann y Sebastian Loth, frente al cuadro de Da Vinci / ekvv.uni-bielefeld.de
Los autores del estudio, Gernot Horstmann y Sebastian Loth, frente al cuadro de Da Vinci / ekvv.uni-bielefeld.delarazon

En ocasiones, la fría e implacable ciencia se encarga de desmontar la magia que ha pervivido durante siglos, por mucho que en el fondo se tenga la convicción de que se trata más de un mito sin base real que de otra cosa. Es lo que ha ocurrido con el llamado «Efecto Mona Lisa», según el cual Leonardo da Vinci dotó a la protagonista de su cuadro de una «vida» especial que la hacía seguir con la mirada al espectador que cruzaba de un lado a otro la habitación.

Este efecto era, por supuesto, ratificado por muchos visitantes del parisino Museo Louvre que -si la multitud se lo permitía- cruzaban la sala con el convencimiento de que la Gioconda les seguía con la mirada. Pero dos científicos alemanes se han encargado de ratificar que no se trata más que de un efecto óptico. La Mona Lisa no tiene magia.

El estudio, realizado por dos investigadores del Cluster of Excellence Cognitive Interaction Technology (CITEC) de la Universidad de Bielefeld y publicado en la revista científica «i-Perception», ha recopilado más de 2.000 formas de mirar el cuadro, y casi todas las mediciones indicaron que la mirada de Mona no es directa, sino que está a la derecha del espectador.

«Los participantes en nuestro estudio tuvieron la impresión de que la mirada de Mona Lisa estaba dirigida hacia su lado derecho. Más específicamente, el ángulo de la mirada fue de 15,4 grados en promedio ”, afirma uno de los autores, Gernot Horstmann, en un comunicado de la Universidad. «Por lo tanto, está claro que el término» Efecto Mona Lisa «no es más que un nombre inapropiado. Ilustra el fuerte deseo de ser observado y ser el centro de atención de otra persona: ser relevante para alguien, incluso si no conoce a la persona en absoluto», añade.

“Las personas son muy buenas para evaluar si otras personas las están mirando o no. La psicología perceptiva demostró esto en la década de 1960», recuerda Horstmann, miembro del grupo de investigación en Psicología Neuro-Cognitiva del Departamento de Psicología de la Universidad de Bielefeld y el Grupo de Excelencia CITEC. Horstmann se especializa en el movimiento y la atención ocular.

«La gente puede sentir que se la mira desde fotografías y pinturas, si la persona retratada mira hacia adelante de la imagen, es decir, con un ángulo de mirada de 0 grados», explica Horstmann. «Con una mirada ligeramente lateral, es posible que aún sientas que te están mirando. Esto se percibió como si la persona retratada estuviera mirando su oído, y corresponde a aproximadamente 5 grados desde una distancia de visualización normal. Pero a medida que aumenta el ángulo, no tendrías la impresión de ser mirado».

«Curiosamente, no tenemos que pararnos justo delante de la imagen para tener la impresión de ser observados, incluso si la persona que aparece en la imagen mira hacia adelante», añade el Dr. Sebastian Loth, el otro coautor del estudio y miembro del grupo de investigación de Sistemas cognitivos sociales, que forma parte de la Facultad de Tecnología y CITEC.

“Esta impresión surge si nos colocamos a la izquierda o a la derecha y a diferentes distancias de la imagen. La sensación robusta de «ser observado» es precisamente el efecto Mona Lisa».

Lo más llamativo es que este efecto si es percibido en otros cuadros, que los autores no cita en el estudio, pero no en el de Da Vinci. Aquí el poder de sugestión es la verdadera magia.