
Salud
Científicos revelan el punto exacto en el que envejecimiento del cuerpo se acelera: descubre si ya lo has pasado
Hay un momento en el que ni todo el bótox del mundo puede esconder tu edad y lo mejor es aceptarlo y seguir las recomendaciones de expertos para mantenerte sano

El envejecimiento es inevitable. Forma parte del ciclo de la vida, y aunque la ciencia ha dado con las claves para ralentizar ese proceso que no resulta agradable para una mayoría, hay un punto en el que ni todo el bótox del mundo puede esconder tu edad, y lo mejor es aceptarlo. La piel deja de ser flexible, el cuerpo se arruga y muchas partes se caen. Lo que pocos saben es que la ciencia ha detectado cuál es el punto de inflexión en el que el cuerpo se acelera con mayor rapidez.
Envejecer no es un proceso lineal, a pesar de lo que muchos creen. La vida se tambalea y lo que hacemos con ella determina el ritmo al que nuestro cuerpo se deteriora. Un estudio, del que se ha hecho eco el medio ScienceAlert, ha identificado el punto exacto de nuestra vida adulta en el que el cuerpo deja de tener esa facilidad de moldearse y comienza a envejecer de manera mucho más rápida.
¿A partir de qué edad envejecemos más rápido?
El punto de inflexión son los 50 años. Después de esa edad, los tejidos y órganos experimentan cambios con más facilidad y se deterioran con gran rapidez. El estudio, que está centrado en analizar las proteínas de nuestro cuerpo en la edad adulta, asegura que las venas son unas de las más perjudicadas por la edad.
"Basándonos en los cambios proteicos asociados al envejecimiento, desarrollamos relojes de edad proteómica específicos de cada tejido y caracterizamos trayectorias de envejecimiento a nivel de órganos", explican los científicos de la Academia China de Ciencias al citado medio. El análisis desveló que alrededor de los 50 años, los vasos sanguíneos envejecen precozmente y marcan un ritmo mucho más rápido de envejecimiento.
Cómo ralentizar el envejecimiento a partir de los 50
A partir de los 50 años, uno de los trucos más efectivos para frenar el envejecimiento es mantener una actividad física constante, adaptada a las capacidades de cada persona. No se trata de entrenamientos extremos, sino de combinar rutinas moderadas como caminar, nadar o practicar ejercicios de fuerza suaves, que ayuden a conservar masa muscular, movilidad y equilibrio. El movimiento regular también favorece el estado de ánimo y contribuye a un mejor descanso, dos factores decisivos en cómo envejece el organismo.
Otro aspecto clave es cuidar la alimentación con un enfoque equilibrado y sostenible. Priorizar frutas, verduras, proteínas de calidad, frutos secos y alimentos menos procesados ayuda a aportar nutrientes que apoyan el funcionamiento celular. Además, mantenerse bien hidratado y moderar el consumo de azúcar y alcohol puede influir positivamente en la energía diaria y en cómo la piel y los tejidos responden al paso del tiempo. Estos cambios no requieren restricciones drásticas, sino constancia en las elecciones cotidianas.
Finalmente, un truco que suele subestimarse es la gestión del estrés y la calidad del sueño. Dormir lo suficiente y establecer rutinas relajantes reduce la tensión acumulada, que a largo plazo puede impactar en la apariencia, el estado de ánimo y la vitalidad general. Prácticas como la meditación, la respiración profunda o dedicar tiempo a actividades que aporten bienestar emocional pueden marcar una diferencia real. A los 50 y más allá, cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo para envejecer de forma más lenta y saludable.
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