
Día Mundial
Cinco supervivivientes de cáncer de mama cruzarán Costa Rica durante 15 días
Por undécimo año consecutivo, el Reto Pelayo Vida pone el foco en el papel crucial del deporte para afrontar la enfermedad

El ejercicio físico se ha convertido en una intervención terapéutica en el tratamiento del cáncer, y existe una amplia evidencia que demuestra su seguridad y eficacia. Un estudio reciente señalaba que una sola sesión de entrenamiento de resistencia o de intervalos de alta intensidad aumenta los niveles de mioquinas, una proteína producida por los músculos con efectos anticancerígenos y que podría reducir la proliferación del cáncer entre un 20% y un 30%.
Los autores también analizaron cómo los cambios en la composición corporal tras el ejercicio constante podrían afectar la inflamación, que desempeña un papel clave en la recurrencia y la mortalidad por cáncer de mama, al promover la progresión tumoral. El estudio evidenció que, al reducir la masa grasa y aumentar la masa magra mediante ejercicio constante y persistente, las sobrevivientes de cáncer tenían mayores probabilidades de reducir la inflamación.
En este contexto, en el que los beneficos de la actividad física han pasado de ser un complemento al tratamiento a colocarse en un lugar central en el abordaje de esta enfermedad, iniciativas como el Reto Pelayo Vida cobran más sentido que nunca. La aventura, que este año celebra su undécima edición, propone a cinco mujeres supervivientes de cáncer realizar un viaje de superación personal a destinos en los que se pone a prueba su resiliencia y su coraje. Ascender el pico más alto de África, atravesar el Atlántico, pisar el frío Ártico o pedalear en el Valle del Annapurna han sido algunos de los retos realizados hasta la fecha.
Este año la aventura tendrá lugar en Costa Rica del 21 de octubre al 4 de noviembre. Durante 15 días, las cinco integrantes del equipo, seleccionadas entre 523 candidatas procedentes de 9 países, cruzarán el país de costa a costa. Tras unos meses de duros entrenamientos, Verónica (47 años), Idoia (56), Toñi (44) , Mapi (45) y Eduina (39) partirán de las arenas del Pacífico, avanzarán cientos de kilómetros en MTB, abrirán senda a pie por la selva tropical, sortearán rápidos en rafting y, por último, remontarán en kayak las aguas del río Pacuare hasta alcanzar el mar Caribe.
Nacida en Albacete, Verónica es Teniente Coronel de la Guardia Civil, reconoce que afronta el reto como hizo con el cáncer abrazando la esperanza, el coraje y el valor, y diciendo "¡voy con todo¡”. Un sentimiento parecido al expresado por Idoia, natural de Logroño, que siempre ha practicado deporte de ultra distancia. “El cáncer me hizo ver lo vulnerables que somos, y pese a que lo afronté con mucha fortaleza, y casi obviando la enfermedad, la experiencia del Reto Pelayo Vida me ha hecho hablar por primera vez del cáncer con mayúsculas”.
Toñi, cordobesa afincada en Madrid y que trabaja en Madrid en banca de inversión, declara emocionada que "el médico me recomendó hacer deporte cuando buscaba un psicólogo, y así conocí a otras mujeres que habían pasado por mi situación, demostrándome que la vida es ahora y que los sueños están para alcanzarlos". Mapi, de Ibi (Alicante) es médico y e investigadora clínica en la Universidad de Alicante. Tras un diagnóstico en plena pandemia que provocó bastantes complicaciones, se apoyó en el remo para “sacar a flote la vida". "Si con experiencia inspiro a una sola paciente de cáncer, ya habré cumplido mi objetivo”, afirma. Coincide en este punto la benjamina del grupo, Eduina, consignataria marítima en la Fundación Nao Victoria de Huelva, diagnosticada hace 15 meses y practicante de freestyle y snowboard. "Quiero dar vida a esas mujeres que se van a reflejar en nosotras con mi propia experiencia. A mí el cáncer me ha dado más que me ha quitado".
Esta semana, en el acto de presentación del Reto Costa Rica 2025, el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, César Rodriguez, explicó que "la oncología ha superado aquella época en la que se prescribía reposo, y ahora los médicos dan caña a sus pacientes, e incluso salen a correr con ellas. Nos hemos vuelto más deportistas porque así creemos más en lo que recomendamos, y podemos predicar con el ejemplo. Porque el deporte"- insistíó- "debería figurar siempre al final del informe médico". Especializado en el cáncer de mama, destacó de sus pacientes su enorme "empoderamiento tras recibir el diagnóstico, mostrando una admirable capacidad para ser dueñas de sus decisiones", si bien puntualizó que "es importante ponerse objetivos alcanzables, para que el reto siempre se adapte a sus condiciones y posibilidades".
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