Desamparo

El colmo de la inmoralidad: una mujer vende su casa en La Laguna y la "okupa" inmediatamente después

Los compradores no han podido acceder a la vivienda desde hace casi cuatro años y tienen que pagar la hipoteca, además de los gastos comunidad y recibos de agua

Imagen de archivo de una puerta
Imagen de archivo de una puertaESTHER GÓMEZAgencia EFE

José Miguel Cruz y Rosario Santana adquirieron una casa en La Laguna (Tenerife) a finales de 2019. pero no pueden vivir en ella porque quien se la vendió ante notario la "okupa" a pesar de que el Tribunal Supremo ha dado la razón a los compradores. Estaba previsto que el pasado 16 de marzo se llevase a cabo el lanzamiento de la vivienda, de 90 metros cuadrados y ubicada en la zona de Bajamar, pero el desahucio no se realizó porque había huelga judicial, con lo que hay que esperar a una nueva orden, según adelanta el periódico El Día.

En declaraciones a medios de comunicación, José Miguel Cruz ha explicado que el día que compraron la casa la vendedora, de origen belga, dijo que estaría de "okupa" diez años, algo que ellos consideraron una broma. En ese momento comenzó un calvario para la pareja que dura ya más de tres años y medio. A medida que iban pasando los días, la compradora iba poniendo excusas para no irse y, tras varios meses de espera, en agosto de 2020 pusieron una demanda, que dio como resultado que el juzgado de Primera Instancia número 3 de La Laguna les diese la razón. La vendedora presentó un recurso ante la Audiencia Provincial, la cual confirmó la sentencia, algo que en septiembre del pasado año también hizo el Tribunal Supremo.

La pareja pagó por la vivienda 140.000 euros y a día de hoy sigue pagando una hipoteca de 650 euros mensuales, además de los gastos comunidad y recibos de agua, así como un alquiler en el piso en el que residen en Santa Cruz de Tenerife. José Miguel Cruz ha manifestado que si bien la persona que "okupa" la casa podría estar fuera de la isla, los asesores legales han dicho que no pueden entrar en ella porque puede regresar y decir que estaba de vacaciones. Lamentan la situación de desamparo que sufren por parte de las administraciones y esperan una nueva fecha judicial para poder vivir en la casa que compraron hace casi cuatro años.