Mascotas
¿Debes ponerle abrigo a tu perro en invierno? Esta veterinaria lo aclara
Cuando bajan las temperaturas, la duda vuelve: ¿es necesario ponerle un abrigo al perro… o es "humanizarlo"?
Los paseos fríos, la lluvia y el viento nos hacen abrigarnos sin pensarlo. Con los perros, en cambio, solemos toparnos con opiniones polarizadas: "tienen pelo, aguantan" frente a "pónle un jersey siempre". La veterinaria y creadora de contenidos, conocida como Mariavetican, lo explicó con claridad en redes: "La clave es observar al animal, entender su tipo de raza y su contexto. No todos los perros tienen las mismas necesidades térmicas, igual que no todos los inviernos se sienten igual según la ciudad, la humedad o el tiempo que pasan quietos en la calle".
También influye la etapa de vida y la salud. Un husky criado para resistir nieve no es comparable con un galgo rescatado con poca grasa corporal, ni con un Yorkshire recién cortado o un cachorro que aún regula mal su temperatura. El abrigo no es un capricho estético: a veces es una ayuda práctica para evitar que el perro pase frío, se tense y reduzca su bienestar en el paseo.
¿Cuándo sí conviene un abrigo?
- Razas de pelo corto o sin subcapa (galgos, whippets, pinschers, bóxers, bulldogs, crestados chinos).
- Perros pequeños (pierden calor más rápido) y de bajo porcentaje de grasa.
- Cachorros y seniors, o perros con hipotiroidismo, problemas cardiacos o articulares: el frío empeora la rigidez y el dolor.
- Recortes recientes que hayan dejado el manto poco denso.
- Clima húmedo, viento o lluvia: un impermeable ligero evita que se empapen y pierdan calor.
¿Cuándo no es necesario?
- Nordic@s y razas con doble capa bien desarrollada (husky, malamute, akita, algunas líneas de border collie) en días fríos pero secos y con actividad.
- Perros en movimiento constante, sin señales de frío, en salidas cortas y controladas.
Señales de que tu perro tiene frío
Temblores, cuerpo encogido, orejas y almohadillas frías, rechazo a moverse o a sentarse en el suelo, respiración tensa, intenta volver a casa. Si las ves, acorta el paseo o abrígalo.
No es “humanizar”, es cuidar
Poner abrigo no convierte al perro en persona; responde a una necesidad concreta. Si tiembla, se moja y no entra en calor, si por edad o salud lo pasa mal con el frío, una capa adecuada mejora su confort. Y si tu perro está activo, es de doble manto y va feliz sin nada, no lo necesita.