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Este es el único país del mundo que no tiene semáforos
El primer semáforo de España se instaló en Madrid en 1926
El primer semáforo de la historia se instaló en 1868 frente al Parlamento británico en Londres. Fue diseñado por el ingeniero ferroviario John P. Knight para solventar el problema del tráfico de coches de caballo de la época.
El rudimentario sistema estaba formado por dos brazos, que contenían lámparas de gas, y que se movían para indicar a los vehículos si podían pasar o no en la intersección. Estos brazos eran movidos por un policía, que, dependiendo de los atascos, dejaba pasar a unos coches u a otros. Durante la noche, se encendían las lámparas de gas para facilitar la visión del semáforo. Sin embargo, tan solo un mes después de su instalación, las lámparas de gas explotaron e hirieron el agente, por lo que se decidió retirarlo.
Con el paso de los años, la llegada de las farolas eléctricas y el aumento de los vehículo a motor, ese primer semáforo evolucionó y en 1910 se instalaron los primeros automatizados. Más tarde llegaron las luces rojas y verdes para señalizar quién podía pasar y quien debía pasarse.
Primer semáforo eléctrico
De esta manera, el primer semáforo eléctrico del mundo se instaló en la ciudad de Cleveland, en Estados Unidos, en 1914. Diez años después, el invento para regular el tráfico llegaba a Europa y se instalaba en la ciudad de Berlín.
A España no llegó hasta 1926, de la mano de la empresa SICE (vinculada por entonces a General Electric, propietaria de la patente de los semáforos). Según informa la propia empresa en su página web, esta “farola de señales luminosas para regular la circulación de peatones y vehículos” fue instalado en Madrid, en el cruce de la calle Alcalá con Conde de Peñalver (actual Gran Vía).
En aquella época, éste era uno de los cruces con más tráfico de la capital. Para entonces, el color ámbar ya se había incorporado al diseño del semáforo, advirtiendo al conductor del próximo cambio de color.
La llegada del primer semáforo a nuestro país causó el desconcierto entre peatones y conductores, por lo que fue necesario realizar campañas de comunicación en los periódicos para explicar a la ciudadanía su funcionamiento.
Más de 150 años después, los semáforos continúan regulando el tráfico en todo el mundo a excepción de en un pequeño país asiático.
Único país del mundo sin semáforos
Así, el único país del mundo al que no han llegado las típicas luces rojas, amarillas y verdes es Bután, enclavado en el corazón de la cordillera del Himalaya y con una población inferior a los 800.000 habitantes.
Esta monarquía profundamente marcada por el budismo es conocida por el concepto de "Felicidad Nacional Bruta", que se usa como indicador del desarrollo del país desde que fue instaurado en 1972 por el entonces rey Jigme Singye Wangchuck.
Este enfoque de la vida da prioridad al bienestar de los ciudadanos sobre el crecimiento económico, promoviendo la sostenibilidad, la preservación cultural y la conservación de la naturaleza.
Por qué no hay semáforos en Bután
Son varias las razones por las que en las calles de Bután no hay semáforos. La primera es por la baja intensidad del tráfico, incluso en Thimphu, la capital del país, lo que hace que este forma de regular el tráfico no sea tan necesaria.
El segundo motivo es que el país se esfuerza por mantener las costumbres, la vida tradicional y que la tecnología no interfiera en sus tranquilas vidas.
Para evitar accidentes y que la calma siga reinando también entre los conductores, en las principales ciudades del país si siguen utilizando policías de tráfico que controlan el tránsito de los vehículos.
Además, la presencia de estos reguladores de tráfico puede ser vista como una forma de mantener un ambiente más humano y menos mecanizado.
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