Pospandemia

El estigma de la salud mental, otro lastre de la covid persistente

El Plan de Salud Mental de Sanidad es ineficiente, según los expertos

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MADRID.-Mónica García lamenta por "desafortunada" la comparación de los sueldos de los médicos con los ministrosEuropa Press

«Estos hallazgos son un duro recordatorio de su impacto de largo alcance, que se extiende mucho más allá de la infección inicial», señalan los autores de diversos trabajos sobre la covid permanente.

Si bien parece que ha pasado mucho tiempo desde la pandemia, un lustro, aún seguimos descubriendo los efectos que provoca en nuestra salud. Sobre todo, aquellos que no tienen que ver con las consecuencias más evidentes. Sí sabemos que los mecanismos de inflamación que provoca el virus en nuestro cuerpo no se limitan al sistema respiratorio. De hecho, para el SARS-CoV-2, el virus que causa la covid, el cerebro es uno de sus órganos «preferidos».

Un estudio publicado en «Neuron» en 2022 concluía que el virus puede provocar daños en dos tipos de células cruciales para la actividad y la reparación cerebral: las neuronas (las células cerebrales) y las células gliales (las células de soporte). Este daño puede contribuir a síntomas como la fatiga, la confusión mental, los problemas de memoria, así como la depresión y la ansiedad.

Ahora un nuevo estudio, publicado en «Infectious Diseases», ha revelado que los supervivientes de una hospitalización por covid se enfrentan a un mayor riesgo de muerte o de trastornos relacionados con los órganos hasta dos años y medio después del alta.

Liderado por Sarah Tubiana, especialista en enfermedades infecciosas en el Centro de Investigación Clínica del Hospital Bichat (París), el estudio de casi 64.000 residentes franceses proporciona información valiosa sobre los efectos a largo plazo en la salud y destaca la necesidad de una atención sanitaria y un seguimiento continuos de las personas que han sido hospitalizadas con SARS.

«Estos hallazgos son un duro recordatorio del impacto de largo alcance de la covid, que se extiende mucho más allá de la infección inicial» –afirma Tubiana–. «Si bien se ha prestado mucha atención a los peligros inmediatos del virus, nuestra investigación muestra que los supervivientes hospitalizados siguen teniendo un mayor riesgo de complicaciones de salud graves meses e incluso años después. Las implicaciones a largo plazo para la salud pública son significativas».

Utilizando información de la base de datos nacional de reclamaciones francesa, el estudio siguió a 63.990 adultos ingresados ​​en el hospital con covid entre enero y agosto de 2020. Sus datos

fueron comparados con 319.891 personas de la población general de edad, sexo y ubicación similares que no habían sido hospitalizados por SARS durante el mismo período. El equipo de Tubiana realizó un seguimiento de los participantes del estudio durante un máximo de 30 meses, controlando las muertes y los ingresos hospitalarios, tanto por cualquier causa como por afecciones especí-ficas relacionadas con órganos. Al comparar los resultados entre

los dos grupos identificaron

riesgos significativos para la salud a largo plazo en los supervivientes de covid hospitalizados.

Los pacientes con covid experimentaron una tasa de muertes casi un 25% mayor en comparación con el grupo de control. También tenían más probabilidades de ser hospitalizados por cualquier motivo, con riesgos particularmente altos de problemas neurológicos, psiquiátricos, cardiovasculares y respiratorios.

No hubo diferencias entre hombres y mujeres en el riesgo de hospitalización, excepto en el caso de los trastornos psiquiátricos, en los que el riesgo excesivo se encontró principalmente en las mujeres.

Y es que la covid persistente ha creado un estigma para aquellas personas a las que ha afectado en su salud mental. Como señalaba en estas páginas José Luis Carrasco, Jefe de la Unidad de Psiquiatría del HC San Carlos, por desgracia el Plan de Salud Mental del Ministerio que dirige Mónica García «no recoge nada de lo que se necesita en estos momentos para mejorar la atención sanitaria y social. Es un manifiesto puramente teórico e ideológico, alejado de lo que ocurre en el mundo real de la atención sanitaria y con una intención puramente propagandística y sectaria. La salud mental no necesita eslóganes ni gestos vacíos: necesita profesionales respaldados con medios adecuados, estructuras de atención eficaces y un compromiso real con los pacientes».

Si bien las probabilidades de rehospitalización –después del alta de una hospitalización por covid– fueron mayores para todos los grupos de edad, en pacientes mayores de 70 años fueron mayores. El equipo de Tubiana también descubrió que los riesgos excesivos disminuyeron después de los primeros seis meses para todos los resultados, pero se mantuvieron elevados hasta 30 meses para los trastornos neurológicos y respiratorios, la insuficiencia renal crónica y la diabetes.

«Incluso 30 meses después de la hospitalización, los pacientes covid tenían un mayor riesgo de muerte o complicaciones graves de salud, lo que refleja las consecuencias más amplias y duraderas de la enfermedad en la vida de las personas» –añade Charles Burdet, coautor del estudio–. «Estos resultados ponen de relieve la necesidad de realizar más investigaciones para comprender los mecanismos que subyacen a estos riesgos para la salud a largo plazo y cómo mitigarlos».

Un punto fuerte clave de este estudio es el uso de una gran base de datos de alcance nacional que abarca a toda la población francesa, lo que hace que los hallazgos sean ampliamente aplicables a poblaciones occidentales similares. El uso de datos longitudinales y registros médicos electrónicos detallados también permitió a los autores distinguir los nuevos problemas de salud que surgen después de la covid de las afecciones preexistentes.

Eso sí, también destacan que es posible que los hallazgos no se apliquen por completo a las variantes posteriores del SARS-CoV-2, ya que el estudio se centró en pacientes infectados a principios de 2020 antes de que surgieran nuevas variantes. Se necesitan más investigaciones para evaluar si las mutaciones más recientes tienen consecuencias sanitarias similares a largo plazo.