Europa pide reforzar los controles tras el caso sueco de Mpox

Después de que el jueves se detectara el primer caso de la nueva cepa de Mpox (clado I) en Europa, en un paciente de Suecia, los organismos sanitarios europeos han instado a reforzar las medidas de control fuera de África y reducir así el riesgo de una transmisión amplia. Desde el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) afirmaron ayer que es «muy probable» que haya más casos importados de Mpox, pero se descartó que pueda haber un contagio continuado si se actúa con rapidez.

«La probabilidad de una transmisión sostenida en Europa es muy baja, siempre y cuando los casos importados sean diagnosticados de forma rápida y se implementen medidas de control», apuntó este organismo de referencia para infecciones de la Unión Europea (UE) con sede en Estocolmo.

En España, varios expertos se manifestaron ayer para tranquilizar a la población. Por una parte, explicaron, existe en nuestro país una reserva de vacunas para mantener su estrategia de prevención contra el Mpox, pero en el caso de que pudiera aumentar la demanda, la UE ya está en contacto con las farmacéuticas por si hiciera falta incrementar el stock. Así lo aseguró a Efe el director general de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón. «No intentemos vernos en el mismo escenario 2020 porque estamos ante un virus que tiene una transmisión diferente a la covid. No, nos vamos a confinar. Ya conocemos el Mpox desde el año 2022 y tenemos herramientas para controlarlo», zanjó.

El coordinador de la Unidad de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) del Hospital Clínic de Barcelona, José Luis Blanco, realizó unas declaraciones a Efe en la misma dirección: «El sistema sanitario español está bien preparado para detectar y tratar casos de viruela del mono. Hemos aprendido a manejar e identificar bien el Mpox, se han organizado sistemas de control y tenemos una vacunación importante».

Es más, nuestro país trató, a través de los laboratorios Garvi, hacer una donación a la República del Congo (donde se originó el brote actual hace unos meses) , pero por la logística interna del país, en conflicto armado desde hace tres años, fue «tremendamente complicado».