Educación

Los gritos tienen el mismo impacto en los niños que el abuso físico o sexual

La Fundación Words Matter de EE UU pide que se reconozcan como un tipo de maltrato

Por qué gritar a los niños no es la solución
Por qué gritar a los niños no es la soluciónlarazonLa Razón

Gritar a un niño o amenazarle verbalmente puede ser tan perjudicial para su desarrollo como el abuso físico o sexual. ¡¨Ponte los zapatos ya¨! es una frase inofensiva que subida de tono puede derivar en terribles consecuencias en la vida del menor. Así lo afirma un nuevo estudio publicado por la revista académica estadounidense "Child Abuse & Neglect" tras realizar un detallado análisis de 166 trabajados realizados anteriormente. Al frente del proyecto se encuentra la Fundación Words Matter, que se traduce como ¨las palabras importan¨, un nombre que hace referencia precisamente a la importancia de los términos que elegimos cuando nos dirigimos a otra persona.

La organización pide que el abuso verbal infantil (CVA, por sus siglas en inglés) sea reconocido oficialmente como ¨una forma de maltrato¨. Aseguran que el impacto del CVA puede durar toda la vida y crear ¨repercusiones emocionales y psicológicas subyacentes¨ en el menor, que deriven en ¨obesidad, mayores riesgos de ira, abuso de drogas, depresión y autolesiones¨, dijeron los responsables del estudio en un comunicado. Porque según el profesor Peter Fonagy, coautor del estudio y jefe de Psicología y Ciencias del Lenguaje en el University College London (UCL), ¨los niños están genéticamente preparados para confiar en lo que los adultos hacen", y si traicionamos esa confianza, convirtiendo la enseñanza que se debería transmitir en abuso, ¨esto puede dejar a los niños no solo avergonzados, aislados y excluidos, sino también incapaces de involucrarse con su comunidad y aprovechar todos los beneficios del aprendizaje social¨.

Actualmente, hay cuatro categorías que comprenden el maltrato infantil: abuso físico, sexual, emocional y negligencia. Un nuevo subtipo referente a CVA es necesario, aseguran los autores del nuevo estudio, sobre todo porque ¨ha aumentado en prevalencia¨ el abuso verbal, y reconocerlo como un tipo de maltrato es ¨un punto de partida para identificarlo y prevenirlo¨. El CVA incluso está ganando terreno al abuso físico o sexual, y el principal problema es que muchas veces los adultos ¨no son conscientes de cómo su tono de grito y sus críticas como 'estúpido' o 'perezoso' pueden afectar negativamente a los niños¨, ha explicado ante un medio local una de las expertas y coautora al frente del proyecto, la profesora Shanta R. Dube.

En el análisis que han llevado a cabo investigadores de la Universidad Wingate en Carolina del Norte y el University College London (UCL) también fueron capaces de determinar quiénes son los autores de este tipo de maltrato en la mayoría de las ocasiones, y apuntan a padres, madres y profesorado. Por eso Words Matter comparte algunos recursos en su página web que permitan a los principales perpetradores de este maltrato evitar ciertas actitudes o reacciones, como menosprecios o apodos al hablar con los pequeños.

Además, aconsejan tratar de reparar la relación con el menor después de que se haya dicho algo hiriente. Y por hiriente no solo se refiere a las palabras elegidos, también es importante tener en cuenta ¨el volumen, el tono y el contenido del discurso negativo, así como su impacto¨. Además, el grito y el insulto no son garantía de que el menor vaya a hacer caso al adulto. Es probable que los niños más pequeños, por ejemplo, reaccionen con frustración y bloqueo ante un grito, sin ni siquiera importar el contenido del duro discurso.