Educación

Un juzgado investiga a un colegio privado por acoso a un alumno con TDAH

El centro, Mirabal International School, situado en Boadilla del Monte, está acusado de tomar medidas lesivas contra el menor para forzarle a abandonar el centro, lo que ha agravado sus patologías, según varios informes

La preocupante situación a la que llegó el niño solo se ha revertido con un cambio de colegio
La preocupante situación a la que llegó el niño solo se ha revertido con un cambio de colegio La Razón

«Yo no habría sido capaz de soportar lo que ha aguantado mi hermano en ese colegio». Estas fueron las impactantes palabras que utilizó Jaime (nombre ficticio del menor) para compartir con sus padres la angustiosa situación de la que había sido testigo durante años y que aún, a día de hoy, conserva grabada en su retina. Y es que, presenció impotente cómo su hermano David (también nombre ficticio) era víctima recurrente tanto de episodios de hostigamiento por parte de algunos compañeros como de una persistente desatención por parte de la institución educativa que, en teoría, debía proporcionarle atención y refugio para aprender y crecer. Un tormento que acabó el pasado mes de junio, pero que ahora está en manos de los tribunales.

David está diagnosticado de un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y un Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), y está considerado desde 2019 como Alumno de Necesidades Educativas Especiales. Forma parte del 15-20% de niños y jóvenes que se calcula que vive con algún tipo de trastorno del neurodesarrollo en España. Se trata de alteraciones de origen neurobiológico que pueden afectar a la atención, la comunicación, la conducta, al aprendizaje o a las habilidades sociales.

Pese a esta alta prevalencia y a que cada vez se diagnostican más casos, a menudo, estos trastornos son «invisibles» en el entorno educativo y social. Y es que algunas personas que viven con estas alteraciones no presentan dificultades de aprendizaje y son escolarizados en centros educativos en los que conviven con niños sin trastornos. Es el caso de David. «Por sus déficits, no comprende bien el lenguaje no verbal y le cuesta expresarse con fluidez. Tiene dificultades para organizar su discurso y, si no se le da la oportunidad de explicarse con calma, tiende a frustrase. Pese a ello, tiene una gran capacidad intelectual y saca buenas notas, por lo que no vimos impedimento en que estudiara en el mismo centro que sus hermanos», aseguran sus padres.

Sin embargo, si los centros educativos no gestionan correctamente la integración de estos niños, pueden acabar como alumnos estigmatizados, excluido o acosados, algo que tiene efectos negativos sobre la autoestima y su salud mental, ya que les puede llevar a desarrollar graves problemas emocionales y conductuales, incluso cuadros depresivos, como ha sido el caso este niño de 10 años. Según sus progenitores, su estancia en el colegio no ha sido fácil en ningún momento, ya que tuvo problemas desde el principio, pues nunca ha recibido el apoyo del centro ante los episodios de hostigamiento por parte de algunos compañeros. Consideran que si los responsables docentes los hubieran tratado correctamente, no habrían desembocado en la preocupante situación a la que llegó el niño y que solo se ha revertido sacándolo del colegio.

«Lejos de recibir apoyo y de encontrar en su centro educativo un refugio para aprender y crecer, David solo recibió desprotección», lamentan sus padres. Esto provocó que su comportamiento y su ánimo fueran empeorando. «Empezó a mostrarse triste y apático, a mostrar comportamientos disruptivos y a repetir que no quería vivir o que quería desaparecer. Tuvimos muchas reuniones para tratar de mejorar la situación, pero no hubo la colaboración que esperábamos», lamenta su progenitor.

Fachada de Mirabal International School
Fachada de Mirabal International SchoolArchivo

Según la querella, los responsables del colegio mantuvieron su actitud pasiva y focalizaron toda la responsabilidad en el menor, iniciando una campaña de presión no solo hacia el niño, sino también hacia la propia familia, con el objetivo, sospechan, de que abandonaran el centro.

La querella indica que el colegio adoptó medidas muy perjudiciales para David y totalmente desaconsejadas en casos como el suyo, como no permitirle salir al patio durante tres meses. También se le expulsaba continuamente sin que existieran partes de conducta que lo justificaran. "Esta presión desembocó en el desarrollo de una depresión reactiva asociada a la situación que vivía en el entorno escolar", tal y como consta en los informes periciales aportados a la causa por la familia.

La familia se querella

El niño y sus hermanos tuvieron que abandonar el colegio y estos hechos fueron denunciados por los padres ante la Justicia. A finales del pasado mes de noviembre, la querella contra el colegio Mirabal International School, su directora general y el director de Educación Primaria fue admitida a trámite por el Juzgado de Instrucción Número 5 de Móstoles. Los denunciados han prestado declaración ante el Juez en calidad de investigados y se han limitado a negar los hechos.

Este medio de comunicación se puso en contacto con el colegio el pasado 24 de enero para conocer su versión. La persona que atendió la llamada se limitó a decir: «No es posible hablar con nadie. Por protección de datos, no queremos hacer declaraciones», indicó.

Según la denuncia, dirigida por el letrado Jorge García-Gasco, se acusa a los implicados de la comisión de delito contra la Integridad Moral del menor, tipificado en el artículo 173.1 del Código Penal, al entender que el trato que recibió del colegio vulneró sus derechos fundamentales como persona y como niño, contribuyendo con ello a agravar sus problemas y a que se haya visto señalado por sus compañeros e iguales, lo que acrecentó la discriminación y el acoso por parte de otros alumnos. La informes de los especialistas y profesionales que examinaron al niño a lo largo del curso pasado concluyen, entre otras cosas, que su sintomatología es consecuencia de la situación que vive en el ámbito escolar, donde se siente atacado y desprotegido por los docentes. También ponen de manifiesto el retroceso experimentado en todos los aspectos que había conseguido mejorar con las terapias. Por su parte, las valoraciones emitidas cuando se produce el cambio de colegio, constatan su mejoría, especialmente en la parte emocional, y que se aversión hacia el centro educativo y sus profesores casi ha desaparecido

Su padre siente profundamente la situación por la que ha tenido que pasar tanto su hijo como toda su familia. «Mi hijo es hipersensible, por lo que desconocemos los efectos que esta experiencia tan traumática va a tener sobre él en el futuro. Ahora mismo, aparte de su terapia psicológica y neurológica, también precisa de apoyo psiquiátrico porque su autoestima está absolutamente destruida. El colegio nunca asumió su responsabilidad como centro escolar y no hizo nada para ayudarle. Se limitó a culpar al niño de todo, y a limitarse a decirnos que ellos no podían hacer nada. La directora llegó a transmitirme que mi hijo necesitaba atenciones específicas que ‘‘en Mirabal no se contemplan’’, algo que, en nuestra opinión, evidencia los prejuicios que este centro tiene hacia alumnos diversos. No solo no protegieron a un estudiante especialmente vulnerable ni se evitó el acoso al que era sometido continuamente, sino que recibió un trato inadmisible, y se le perjudicó deliberadamente porque en su ideal educativo no caben alumnos como mi hijo. Primero, lo ignoraron y, después, lo machacaron, paradójicamente, por situaciones que ellos mismos habían provocado. Y todo sin pensar en el enorme sufrimiento que estaban infligiendo no solo al niño, sino a toda nuestra familia. Ojalá nadie tenga que pasar por una circunstancia similar», relata.

El proceso continúa después de la providencia dictada el 23 de enero en la que, visto el estado del presente procedimiento, requiere al centro educativo Mirabal International School para que aporte información adicional.

Protegidos por la Ley

En este sentido, García-Gasco recuerda que la LOPIVI, una ley pionera en la defensa de la infancia, introduce una nueva regulación que es muy relevante en la protección de estos alumnos, ya que garantiza la integridad física, psicológica y moral de todos los menores. Así, la norma entiende por violencia «toda acción, omisión o trato negligente que priva a las personas menores de edad de sus derechos y bienestar que amenaza o interviene en su ordenado desarrollo físico, psíquico o social, con independencia de su forma o medio de comisión», y hace expresamente referencia a los menores con discapacidad o con algún trastorno del neurodesarrollo, a los que califica de «especialmente vulnerables», a los que «los centros deben garantizar una educación inclusiva y de respeto a su dignidad y a sus derechos, independientemente de la titularidad». En la misma línea, «Ley de Igualdad de Trato y de no Discriminación» indica que los criterios sobre la admisión y permanencia en el uso y disfrute de los servicios educativos deben garantizar la supresión de estereotipos y la ausencia de cualquier forma de discriminación, también sin importar si son colegios públicos o privados.

En España, hay un gran número de niños y adolescentes con trastornos del neurodesarrollo y otras Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA) y, pese a que las leyes les protegen, todavía se encuentran con importantes barreras educativas y sociales. El número de alumnos con necesidad específica de apoyo educativo asciende a 800.409, el 10% del total de escolarizados, según la última estadística del Ministerio de Educación. No obstante, los datos solo incluyen a alumnos que han sido evaluados por los servicios de orientación de las distintas CC AA, por lo que, atendiendo al porcentaje de la población escolar que se estima sufre este tipo de déficits, existiría aproximadamente entre otro 5% y 10% que no ha sido examinado por las administraciones o que ni siquiera está diagnosticado.

Una venta millonaria

El Colegio Mirabal, fundado en 1982 por una cooperativa de docentes, fue vendido en 2020 por 53,6 millones de euros (según la información pública que consta en el registro británico) al grupo internacional Inspired Education Group, que también es propietario en Madrid de San Patricio, Kensington School o King´s College. El grupo está participado por varios fondos de capital riesgo. El último en entrar fue Stonepeak Indigo Bidco Limited, que tomó una participación del 19,88%. Otros accionistas relevantes son, según la última información oficial presentada por el grupo, Results Bidco Limited (14,21%), Raffles Blue Holdings Limited (10,48%), Wpgg Results Holdings Ii Ltd (7,55%), Ags Corporate Trustee (Jersey) Limited (6,92%), Mc (Cayman) Scholar Ltd (6,91%), Bellwood Holdings (6,23%) y Bpesa Iii E Limite (4,99%). Por su parte, el Ceo de Inspired, Nadim Marwan Nsouli, que cuenta con una larga trayectoria profesional ligada a la banca de inversión, posee el 13,36% del capital.