Vaticano

León XIV: los obispos se deben jubilar a los 75 años (ni uno más)

El Papa se reúne en Asís con el Episcopado italiano y subraya que «hay que despedirse bien» del cargo

MADRID, 19/11/2025.- Presentación de la figura del Papa León XIV en el Museo de Cera de Madrid, este miércoles. EFE/ Borja Sánchez-trillo
Figura de cera del Papá León XIV en el museo de CeraBorja Sánchez-TrilloAgencia EFE

Jubilación de mitras sin prórroga alguna. León XIV no quiere que los obispos alarguen su liderazgo en las diócesis más allá de la edad establecida: los 75 años. Así se lo hizo saber hoy en la clausura de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana, en el que ha sido su primer viaje en Italia desde que fue elegido el pasado mayo. Robert Prevost se dirigió a los pastores a primera hora de la mañana en la basílica de Santa María de los Ángeles tras rendir homenaje a san Francisco en la cripta donde reposan sus restos.«Es importante respetar la norma de los 75 años para la conclusión del servicio de los ordinarios en las diócesis, y solo en el caso de los cardenales se puede considerar la continuación de su ministerio, posiblemente por otros dos años», precisó el Pontífice norteamericano sobre un asunto que conoce de primera mano. No obstante, su cargo inmediatamente anterior a ser elegido Papa era el de prefecto del Dicasterio para los Obispos, esto es, el departamento vaticano precisamente lo mismo de nombrar que de cesar a los pastores de todo el planeta. A juzgar por su reflexión de ayer, tras ser designado para este servicio por Francisco en 2023, cardenal Robert Prevost habría constatado las dificultades que tanto para las diócesis como para el propio afectado supone prorrogar más su misión. «Todos debemos cultivar la actitud interior que el Papa Francisco ha definido como ‘aprender a despedirse’: una actitud valiosa al prepararse para dejar el cargo», añadió en su discurso.

Lo cierto es que, según el canon 401 del Código de Derecho Canónico, «se pide al obispo diocesano que haya alcanzado la edad de 75 años que presente la renuncia a su oficio ante el Sumo Pontífice, quien la atenderá después de considerar todas las circunstancias». Sin embargo, es el Papa quien decide si lo admite automáticamente la petición o decide mantenerle en su puesto algunos años más. La realidad es que no pocas voces eclesiales, al menos en España, se han quejado desde hace décadas de la excesiva prórroga a algunos báculos, vislumbrando cierta lentitud burocrática por parte de Roma, incluso cuando el propio interesado ha expresado su deseo de terminar o ha mostrado signos de agotamiento, cuando no de enfermedad.

Es más, este comentario del Papa llega cuando en España parte de la cúpula episcopal se ha preguntado por el hecho de no haber aceptado «a tiempo» la renuncia de Rafael Zornoza, el primer obispo español acusado de presuntos abusos sexuales a un menor. El 31 de julio de 2024 cumplió los 75 años y presentó la preceptiva carta de renuncia. Sin embargo, un año y cuatro meses después sigue en su puesto. El pasado verano, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe recibió la carta en la que el denunciante exponía los hechos que habría sufrido desde que tuvo 14 años hasta los 21. Sin embargo, en este lapso temporal tampoco se habría aceptado su renuncia, cuando podría haber funcionado como una «medida cautelar».

Eso sí, después de que el diario «El País» desvelara la denuncia el 10 de noviembre, desde España sí se pusieron en contacto con del Dicasterio para los Obispos con el fin de hacer efectiva la renuncia cuanto antes. Este lunes, en el encuentro que los obispos de nuestro país mantuvieron con el Papa, abordaron el caso. A la salida de la reunión con el Pontífice, el presidente de los obispos, Luis Argüello, comentó que «nos han transmitido que quizás sea aceptada: que va a ser aceptada y diciéndonos el día y la hora, no». A la par, compartió que «el Papa estaba informado de ello, entre otras cosas porque es la firma del Santo Padre la que acepta una renuncia y la que nombra, o un sustituto, o sucesor, o bien una administración».

Más allá de la cuestión sobre la edad de jubilación, León XIV retomó el espíritu reformista del fallecido Francisco al subrayar que «una Iglesia sinodal, que avanza a través de la historia y afronta los nuevos desafíos de la evangelización, necesita renovarse constantemente». «Debemos asegurarnos de que, incluso con buenas intenciones, la inercia no frene los cambios necesarios».