Entrevista
Lourdes Rivera: «Las carencias en la dependencia generan desigualdades»
La presidenta de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste) analiza la situación del sector en España, y demanda un Pacto de Estado por los Cuidados que blinde y dignifique el sistema a largo plazo
En enero de este año, Lourdes Rivera accedió a la presidencia de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste), tras una experiencia de 25 años en el sector. Ante el reto del envejecimiento de la población en la Unión Europea, apela a la colaboración público-privada para responder a la demanda actual y futura, además de instar a mejorar la coordinación sociosanitaria para ofrecer a los ciudadanos una respuesta integral y eficaz. Actualmente, participa en la revisión de la Ley de Dependencia, prevista para este año, que considera una gran oportunidad para afrontar los retos pendientes.
¿Cómo describiría la situación actual de la atención a la dependencia en España?
Nos enfrentamos a un acceso al sistema lento, con retrasos significativos en el reconocimiento de la dependencia y la asignación efectiva de los servicios. Por otra parte, el sector afronta entre otros dos retos estructurales fundamentales, como son la escasez de profesionales y la insuficiente financiación, siendo necesarios además más recursos asistenciales para atender a toda la demanda. Lo que sí quiero recalcar es que pese a estos aspectos estructurales que deben mejorar con urgencia, en España se cuida bien; la calidad de los servicios de atención a la dependencia es alta, siendo cada vez más personalizada y adaptándose a un perfil de personas mayores cada vez más diverso.
¿Cree que el sistema de financiación actual garantiza una atención digna y universal?
Lo primero que hay que decir es que la financiación actual para la atención a personas dependientes es claramente insuficiente. España destina un porcentaje del PIB a la dependencia muy por debajo de lo necesario (0,9%), y además no se cumple el principio de financiación compartida al 50% entre el Estado y las comunidades autónomas, tal y como está establecido. Estas carencias generan desigualdades territoriales y limitan gravemente la capacidad de respuesta del sistema. La falta de presupuestos que venimos arrastrando no hace más que impedir avanzar en mejoras estructurales y deja a muchas personas sin los apoyos que necesitan. En este sentido, resulta imprescindible incrementar los recursos destinados a la dependencia si queremos dar cobertura a la demanda creciente actual y futura.
¿Qué impacto tienen los recortes presupuestarios en la calidad de los servicios de atención a las personas dependientes?
Los recortes o la falta de actualización de los precios de concierto derivados de la llamada Ley de Desindexación, que impide la revisión de los precios de los contratos durante la vigencia de estos, tienen un impacto directo y profundo tanto en los servicios como en la capacidad como sector para atraer y retener talento profesional, lo cual impacta a su vez directamente en la sostenibilidad del sistema. Pese a ello, las entidades del sector mantenemos como prioridad siempre la calidad de los servicios, entendiendo, además, que no se trata solo de sostener lo que ya existe, sino de avanzar hacia una atención cada vez más personalizada y centrada en la persona.
Está anunciada para este año la reforma de la Ley de Dependencia. ¿Qué novedades más importantes espera que incluya?
La revisión de la actual Ley de Dependencia representa una gran oportunidad para abordar los grandes retos de los que hablamos, por lo que esperamos que se aproveche, no quede en papel mojado, y traiga consigo realmente mejoras importantes. Pero, sin embargo, nos tememos que saldrá sin la financiación suficiente para su correcto despliegue. Desde Aeste estamos ya trabajando y haciendo aportaciones sobre el texto propuesto. Nuestra mayor preocupación es, ante las nuevas modalidades de servicios que se plantean, que se garanticen cuidados que sean siempre profesionales y con las intensidades suficientes para cubrir realmente las necesidades que tienen las personas dependientes.
¿Cuál es la su opinión sobre la polémica de las residencias en la Comunidad de Madrid durante la pandemia de Covid-19?
La pandemia dejó cicatrices profundas en muchas familias y puso en el foco público a las residencias de mayores. La pérdida de vidas y el sufrimiento que se vivieron en ese tiempo nos afecta a todos como sociedad y entendemos el dolor y la preocupación que esto generó. Lo vivimos en primera persona y todos los profesionales hicimos lo que estaba en nuestra mano, con la información que teníamos en ese momento y con los recursos que había.
¿Qué medidas propone Aeste para reforzar y dignificar el sector?
Desde Aeste reclamamos un Pacto de Estado por los Cuidados, que blinde y dignifique el sistema a largo plazo. Cuando hablamos de cuidados debemos dejar a un lado los colores políticos y poner todas las herramientas y recursos de que disponemos al servicio de las personas que lo necesitan hoy y lo necesitarán mañana; en este sentido, apelamos a la responsabilidad de los líderes políticos mientras seguimos apostando por el diálogo social para afrontar este desafío. En este contexto, reclamamos ser parte activa en los procesos de toma de decisiones que nos afectan: no se puede transformar el sistema sin contar con quienes lo sostienen cada día.
¿Está suficientemente reconocida la labor de sus profesionales, tanto a nivel social como institucional?
No lo está ni a nivel social ni institucional, siendo esto reflejo de la infravaloración del propio sector de la dependencia, en cuanto al cuidado de las personas mayores se refiere; y esta es una de las grandes deudas pendientes con un sector y unos profesionales que son esenciales. Sin embargo, desde Aeste conocemos bien el trabajo que se realiza cada día en los distintos servicios como la ayuda a domicilio, los centros de día o las residencias, y en este sentido, reivindicamos activamente la puesta en valor del trabajo que miles de personas realizan cada día.
¿Cómo puede el sector prepararse ante el envejecimiento acelerado de la población en las próximas décadas?
El sector de los cuidados tiene capacidad para seguir creciendo y responder a la demanda actual y futura mientras se adapta a las nuevas demandas y perfil heterogéneo de personas mayores; pero no puede hacerlo solo. Necesitamos una apuesta clara por la colaboración público-privada, lo cual implica financiación, y un sistema que aporte seguridad jurídica a las entidades dispuestas a invertir. Urge también abordar el déficit de profesionales, desde una perspectiva transversal, involucrando a todas las políticas, además de mejorar considerablemente la coordinación sociosanitaria para que se pueda dar desde los servicios una respuesta integral y eficaz, garantizando siempre los derechos de las personas mayores, vivan donde vivan.
¿Qué modelo cree que se debe fomentar: institucional, domiciliario, mixto...?
Bajo nuestro punto de vista, debemos apostar por un modelo mixto y que además sea flexible. La mayoría de las personas preferimos vivir en nuestra casa el mayor tiempo posible, y eso es lo que debemos facilitar y promover, a través de servicios de ayuda a domicilio de calidad y que cuenten con la intensidad adecuada. Pero también hay situaciones y momentos en la vida de las personas en las que esa opción no es viable, o simplemente no la escogen. Por eso, debemos garantizar que existan plazas suficientes en centros residenciales para quienes lo necesitan. No se trata de enfrentar modelos, sino de ofrecer un abanico de respuestas, adaptadas a las distintas realidades personales y familiares; eso sí, siempre garantizando cuidados profesionales y de calidad.
¿Qué papel tiene la tecnología en el cuidado de las personas dependientes?
La tecnología tiene un papel cada vez más relevante y estratégico en el cuidado de las personas mayores dependientes. En este sentido, nos permite, por ejemplo, fomentar la autonomía y seguridad de las personas dentro de su hogar, hacer seguimiento remoto del estado de salud y la evolución funcional de las personas, mejorar la atención y la eficiencia en los centros residenciales, facilitar la comunicación e interacción social de las personas mayores, y optimizar la gestión y planificación de los cuidados, entre otros. No obstante, tenemos claro que la tecnología nunca sustituirá al componente humano. Pero bien aplicada, lo complementa y lo potencia, haciendo que los cuidados sean más seguros, personalizados y eficaces.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las administraciones y la sociedad sobre el cuidado y la dignidad de las personas dependientes?
A las administraciones públicas les pedimos que otorguen al sistema de cuidados el lugar que le corresponde. Urge alcanzar, en este sentido, un gran acuerdo por los cuidados, mirando hacia Europa, ante el desafío global al que nos enfrentamos. Y en este sentido, ya vamos tarde. Todos, en algún momento de nuestra vida, directa o indirectamente, vamos a necesitar de estos apoyos. Por este motivo, ante un sector que es esencial, tenemos una responsabilidad compartida como sociedad, debiendo contribuir todos, cada uno desde nuestro rol, tanto a su reconocimiento como a su fortalecimiento. En definitiva, pienso que dice mucho de una sociedad cómo cuida y cómo mira a las personas mayores que la forman; en manos de todos está decidir qué tipo de sociedad queremos ser.