
Verano
El lugar en España que no conoce una 'ola de calor': el termómetro nunca ha superado los 24 grados
No te imaginarás dónde se encuentra

En un país donde cada vez son más frecuentes los veranos arrasados por olas de calor, con temperaturas que rozan o superan los 40 grados en muchas regiones, existe un lugar que parece vivir ajeno a todo esto.
Mientras los ventiladores funcionan sin descanso y las calles de muchas ciudades arden bajo el sol, este pequeño rincón se mantiene fresco, como si el calendario allí marcara una estación distinta.
Un lugar que no necesita aire acondicionado, ni toldos. Un pueblo que incluso en pleno agosto, puede hacerte falta una chaqueta al caer la noche.
Una altitud que marca la diferencia
El secreto de su temperatura no está en su latitud, ni en ninguna corriente marina cercana. Situado a más de 1.600 metros sobre el nivel del mar, este municipio se encuentra entre los más altos del país, encaramado en la Sierra de Albarracín, en la provincia de Teruel.
Y no es solo su ubicación en altura lo que lo convierte en el sitio más fresco de España en verano. Su orografía, su aislamiento y la pureza del aire seco que lo rodea ayudan a mantener alejado al calor incluso en los meses más sofocantes del año.
Veranos que parecen primaveras
En pleno julio o agosto, los días más cálidos rara vez superan los 24 grados. Mientras en muchas zonas del país se activa la alerta por calor extremo, allí se vive un verano que para muchos sería una primavera fresca.

Pero lo más sorprendente llega por las noches, cuando los termómetros caen con rapidez y no es extraño que las mínimas se sitúen por debajo de los 10 grados, e incluso rocen los cero en jornadas especialmente frías.
Un refugio natural frente al calor
Su entorno natural, cubierto de bosques, praderas y paisajes montañosos, refuerza la sensación de frescura constante. Las masas forestales contribuyen a suavizar la temperatura durante el día y a mantener el ambiente limpio y húmedo.
Las casas, muchas de ellas construidas en piedra y madera, están preparadas para conservar el calor en invierno, pero en verano se transforman en refugios frescos y acogedores.
El pueblo donde el verano no abrasa
El pueblo en cuestión es Griegos, un pequeño municipio turolense que parece desafiar al verano español. Con poco más de un centenar de habitantes censados, es un lugar donde las olas de calor no llegan.
Allí, el termómetro no ha superado los 24 grados en las últimas décadas, convirtiéndolo en el lugar más frío de España para pasar esta temporada.
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