«Mi gladiador dejó su escudo y ganó sus alas»

«Mi gladiador dejó su escudo y ganó sus alas a las 02.30... absolutamente desconsolados». «Te quiero hijo mío». Así trasladó ayer Thomas Evans al llamado «Ejército de Alfie» el fallecimiento de su pequeño. Con sólo 23 meses de edad dejó de respirar ayer en el Alder Hey Children’s Hospital, donde permanecía ingresado en estado semivegetativo desde diciembre de 2016. Sus padres no consiguieron ni siquiera su última batalla, la de llevárselo a su casa. El personal del centro hospitalario expresó su «sincera solidaridad» con la familia. «Todos nosotros lo sentimos profundamente por Alfie, Kate [la madre], Tom y toda su familia, y nuestros pensamientos están con ellos. Ha sido una travesía devastadora para ellos», aseguraba un comunicado. Tras perder una larga batalla judicial en instancias de Reino Unido, así como en la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo, sus padres fueron testigos el pasado lunes de cómo, en contra de su voluntad, los facultativos del hospital desconectaban las máquinas que mantenían a su hijo con vida. Los doctores les dijeron entonces que el niño tan sólo aguantaría «unos minutos». Sin embargo, contra todo pronóstico, Alfie siguió respirando por sí sólo.

El exterior del hospital se había convertido en los últimos días en campo de protestas de grupos pro vida. Los activistas lanzaron ayer en el parque de Liverpool unos globos en su recuerdo en una concentración en la que pidieron a los asistentes permanecer «pacíficos y respetuosos». El lunes un grupo de manifestantes intentó entrar en el hospital en medio de toda la tensión vivida en la última semana. De hecho, la Policía de Merseyside está investigando las denuncias de pacientes y personal del centro que se ha visto intimidado. A los pies del Alder Hey ha estado Tom Belger, el periodista que destapó el caso Alfie hace un año. Belger, reportero del «Liverpool Echo´s» reconocía a LA RAZÓN «que su padre nunca perdió la esperanza. Ha sido extraordinario ver de cerca cómo de dedicatos y determinados estaban sus padres en su lucha». Aun así, el joven periodista espera que «los últimos acontecimientos como el uso de lenguaje agresivo por parte de algunos defensores de la familia y la manera en que algunos personajes influyentes han secuestrado la historia de Alfie para sus propios fines no ensombrezca la trágica pérdida de su pequeño».