Psicología
Los padres tóxicos a menudo parecen normales: sin embargo, hay una evidencia que les delata
Acabarán influyendo a tu salud mental, poniendo en riesgo tu autoestima y la capacidad de establecer buenas relaciones con los demás
Cuando crecemos en una familia, tendemos a normalizar las cosas que nos han inculcado, la manera de ver el mundo, de enfrentarse a los problemas e incluso de relacionarse. Y tras años viendo los mismos comportamientos, se normalizan ciertas conductas que luego resultan no ser normales.
Y lo cierto es que crecer, o haber crecido con unos padres tóxicos afecta negativamente a tu desarrollo personal. Acabará influyendo a tu salud mental, poniendo en riesgo tu autoestima y la capacidad de establecer buenas relaciones con los demás.
Actitudes que delatan a unos padres tóxicos
Puede que no te hayas dado cuenta de que ciertas actitudes que adoptan tus padres contigo no sean sanas:
- Ejercen violencia física o emocional: Ya sea a través de gritos, agresiones o insultos constantes, el maltrato se convierte en su forma de imponer autoridad. Esto confunde y daña profundamente a los hijos.
- Manipulan tus emociones: Utilizan estrategias como hacerte sentir culpable, minimizar tus sentimientos o hacerte dudar de tu percepción con el fin de tener el control.
- Se anteponen siempre a ti: Tus necesidades quedan relegadas. Todo gira en torno a sus deseos, problemas o expectativas, dejándote en segundo plano.
- Controlan cada aspecto de tu vida: No respetan tus decisiones, opinan sin que se lo pidas y esperan tener siempre la última palabra.
- Castigan de forma desmedida: Reaccionan de forma excesiva ante errores normales, usando el miedo o la vergüenza como herramientas para corregirte.
- No ofrecen apoyo emocional: No celebran tus logros, restan importancia a lo que te preocupa o incluso se burlan de tus emociones.
- Cruzan constantemente tus límites: Aunque les digas que algo te molesta o te hace daño, insisten en repetirlo sin consideración.
¿Qué hacer si tienes padres tóxicos?
- No vivas intentando agradarles:Deja de buscar una validación que probablemente nunca llegará.
- Pon límites claros:Decide hasta dónde estás dispuesto a permitir sus comentarios o actitudes.
- No esperes que cambien: Aceptar esto puede liberarte emocionalmente.
- Cuida lo que compartes con ellos:Protege tu intimidad si sabes que pueden usarla en tu contra.
- Evita discutir sin sentido:No todas las batallas merecen tu energía.
- Decide cuándo y cómo estar presente: No eres responsable de su felicidad.
- Priorízate:Haz espacio para ti, para tus intereses y tu salud mental.