Un nuevo Papa

«Papamanía» en Chiclayo a través de pantallas gigantes

«El Papa León XIV es más peruano que la papa», bromean sus antiguos convecinos

People participate in a vigil before a Holy Mass for the beginning of the Pontificate of Pope Leo XIV, in front of the Cathedral of Saint Mary in Chiclayo, Peru early on May 18, 2025. Ten days after the soft-spoken Robert Francis Prevost was chosen from among his fellow cardinals to lead the world's 1.4 billion Catholics, his papacy will formally begin in a ceremony at St Peter's Square
Los chiclayos abarrotaron recintos y plazas para seguir la ceremonia por pantallas gigantes durante la noche de allíDiego TORRES AFP

A ritmo de danzas típicas, como la «marinera norteña» y canciones religiosas en clave de cumbia, una multitud de chiclayanos aguardaron desde la noche anterior y en vigilia frente a aquella catedral donde el padre Robert Prevost oficiaba misa, la ceremonia de inicio de pontificado del Papa León XIV que hasta hace menos de dos años los acompañó como obispo en la Diócesis de Chiclayo.

Cientos de fieles siguieron en directo y en pantallas gigantes el evento y elevaron una oración de acción de gracias por su obispo que ahora es Papa. Por momentos, los asistentes irrumpieron con aplausos y vítores, con alegría, rindiendo a lo lejos el homenaje al sacerdote que caminó con ellos y que hizo intensa labor pastoral y misionera en el norte peruano. Desde que la fumata blanca anunció quién sería el sucesor del Papa Francisco, en Chiclayo se vive una especie de «Papamanía», una fiebre por el Papa.

Todos hablan de su exobispo, el padre Robert o Roberto, sacan las fotos que se tomaron con él, los rosarios que les obsequió, evocan las homilías, las conversaciones y también las hazañas del Padre Robert como, por ejemplo, haber conseguido en tiempo récord dos plantas de oxígeno para los enfermos de la covid, durante la pandemia o haberlos ayudado durante las inundaciones en el año 2017. Y, sobre todo recuerdan su figura, yendo y viniendo como un cura de pueblo, a pie, en caballo, en mula o en «mototaxi», por las diferentes parroquias, desde las más cercanas hasta las más recónditas; también de visita en hospitales y comedores populares para predicar y ayudar al prójimo; en los colegios y en las plazas para dar misas al aire libre y también, cómo no, lo recuerdan como un parroquiano más, en diferentes restaurantes disfrutando de la gastronomía peruana. «Aquí comió el Papa León XIV», se lee a la entrada de algunos restaurantes de Chiclayo. Ya se sabe también que el Papa tiene buen diente y se regocijaba con la comida peruana, que le gustaba almorzar el «seco de cabrito», desayunar los domingos «el frito» (chicharrón de chancho). Y hasta el dentista que lo atendía en Chiclayo ha contado que una vez el Padre Robert se rompió un diente por comer un crocante cuy (animal doméstico parecido a un roedor). «A mí me encanta el cuy, masticar el huesito, pero prometo no comer más cuy», le dijo a modo de broma el entonces monseñor Prevost a su dentista Edinson Reyes, según relató a la agencia Andina.

«El Papa León XIV es más peruano que la papa», suelen comentar por estos días en Perú, especialmente en Chiclayo. Hasta se viralizó un meme donde se decía que en el Perú hay 4.000 especies de papa y ahora aumentó con la elección de Robert Prevost como Papa.

Ciertamente, el Papa León XIV está tan identificado con la realidad peruana, la buena y la mala, que no tienen que contarle, por ejemplo, las tragedias que se cuecen ahí, él las vivió en carne propia durante los 20 años que ejerció como sacerdote en el norte del Perú, entre Chulucanas, Trujillo y Chiclayo. Como tantos miles de peruanos, él también fue víctima de la inseguridad y la delincuencia. Hace sólo tres años, siendo obispo en Chiclayo, denunció ante la prensa peruana que unos ladrones ingresaron a su catedral y robaron 4.000 soles (1.000 euros) que eran producto de las limosnas y colectas, además de una computadora y un proyector de vídeo. «No estamos seguros de cómo han entrado, la policía está investigando, esperemos que encuentren a los responsables», declaró en aquella ocasión el entonces obispo Robert Prevost a la prensa local. Era la segunda vez que su diócesis era blanco de los delincuentes. Y ante la pregunta de una periodista, si no contaban con seguridad y patrullaje de la policía en los alrededores de la catedral, ubicada en pleno centro de la ciudad, el ahora Santo Padre respondió con ironía y humor: «Si van a publicar que no hay, todos los ladrones de la ciudad van a venir. Sí, claro que tenemos la mejor seguridad en Chiclayo», respondió sonriente provocando carcajadas entre los periodistas, de acuerdo a un vídeo del noticiero «Latina Noticias».

El fuerte vínculo que une a León XIV con Chiclayo lo confirmó él mismo en su primer discurso ante el mundo desde la Plaza de San Pedro, cuando envió saludos a su «querida Diócesis de Chiclayo». Y es que se trata de una ciudad con 600.000 habitantes conocida como «La ciudad de la amistad». También él habrá tenido algo que ver.