Nutrición

El "poder oculto" de la comida japonesa: los alimentos que combaten el hígado graso

La prevalencia del hígado graso va en aumento, en paralelo al incremento de la obesidad y la diabetes. Esta afección, que no presenta síntomas, es la tercera causa de cáncer de hígado.

Comida japonesa
Comida japonesa La RazónLa Razón

La dieta japonesa hace tiempo que se puso de moda en todo el mundo. Sushi, ramen o sopa de miso son nombres de recetas que ya hemos integrado en nuestro imaginario culinario. El éxito se lo debemos a su sabor, pero también a las ventajas que ofrece para la salud. Esta dieta se caracteriza por ser baja en calorías y en grasas, por lo que contribuye a la longevidad y previene la obesidad. En su forma más tradicional constituye una alimentación basada en alimentos de origen vegetal y proteínas de calidad que derivan principalmente de pescados y mariscos. Al mismo tiempo, se trata de una dieta basada en alimentos frescos y naturales, alejada de productos procesados.

Este patrón de alimentación es rico en nutrientes y puede proporcionar numerosos beneficios para la salud. La población de países como China, Japón o Malasia es conocida por los casi inexistentes problemas de sobrepeso y la menor incidencia de enfermedades cardiovasculares. Pero, incluso a día de hoy, todavía se siguen descubriendo nuevas propiedades de esta dieta para tratar de combatir ciertas enfermedades. Así lo indica un nuevo estudio llevado a cabo por Hideki Fujii y Yoshimari Matsumoto, de la Universidad Metropolitana de Osaka, que ha demostrado que el consumo de comida japonesa beneficia a los pacientes con hígado graso, previniendo la fibrosis hepática.

Existe un sistema de puntuación denominado 'Índice de la Dieta Japonesa Modificado de 12 componentes (mJDI12, por sus siglas en inglés)', que se centra en la ingesta del patrón dietético japonés. Incluye 12 alimentos y grupos de alimentos: arroz, sopa de miso, encurtidos, productos de soja, verduras verdes y amarillas, frutas, marisco, setas, algas, té verde, café y carne de vacuno y cerdo. Las puntuaciones van de 0 a 12, y las más altas indican una dieta que se ajusta al patrón alimentario japonés.

El hígado graso, por otra parte, se está convirtiendo en una peligrosa epidemia en las sociedades occidentales. Es la enfermedad del hígado más frecuente entre los adultos españoles, afectando a más del 20 por ciento de la población. Suele venir asociada a otras patologías que también están en aumento en los países desarrollados, como la diabetes, el colesterol alto, el sobrepeso o la hipertensión. Esta afección, que no presenta síntomas, es la tercera causa de cáncer de hígado.

El objetivo del estudio de Hideki Fujii y su equipo era analizar la relación entre la alimentación japonesa (comidas puntuadas por el mJDI12), la masa muscular y la progresión de la fibrosis hepática en 136 pacientes con hígado graso no alcohólico (EHGNA) que estaban siendo tratados en el Hospital de la Universidad Metropolitana de Osaka.

Los investigadores descubrieron que el grupo con un mJDI12 más elevado mostró un menor grado de progresión de la fibrosis hepática. Entre los patrones dietéticos japoneses, un consumo elevado de productos de soja, marisco y algas mostró un efecto supresor sobre la progresión de la enfermedad. Además, el grupo con una mayor ingesta de soja y sus derivados tenía una mayor masa muscular, y mostraba a su vez un menor grado de progresión de la fibrosis hepática.

"Este estudio indica que el patrón dietético japonés puede ser eficaz como tratamiento dietético para los pacientes con EHGNA. Esperamos que nuevos estudios de intervención conduzcan al establecimiento de una dieta eficaz para esos pacientes", concluye el profesor Matsumoto.