Salud mental

¿Probióticos para el estrés o la depresión? Si, se llaman psicobióticos

Las cepas de lactobacillus y bifidobacterias han sido las que han mostrado mayor evidencia científica en la modulación de síntomas emocionales

Método probado para reducir el estrés en solo 5 minutos
El estrés aparece cuando la homeostasis, el equilibrio interno del organismo, se ve amenazadoPexels

Los psicobióticos son un nuevo grupo de probióticos bacterianos que, en cantidades adecuadas, confieren beneficios para diferentes aspectos de la salud mental. Están comenzando a aplicarse como una alternativa a los psicofármacos para tratar ciertas situaciones de estrés, ansiedad o trastornos emocionales, ya que tienen un beneficio/riesgo de efectos secundarios muy positivos. Su emergente aplicación responde a la necesidad de alternativas naturales para el tratamiento del estrés, que no siempre responde a la psicoterpia y a los tratamientos farmacológicos.

En ciertos estudios se ha comprobado que cepas como el Bifidobacterium longum 1714TM, el primer probiótico clínicamente estudiado como cepa individual para el bienestar mental, atenuaron la producción de cortisol y la ansiedad en respuesta al estrés de laboratorio, y mejoraron la memoria y la fatiga mental en adultos sanos. Además, se han publicado ensayos clínicos controlados con otras especies de psicobióticos que han mostrado su capacidad para regular diferentes aspectos de la respuesta al estrés y también síntomas digestivos. En general, las cepas de lactobacillus y bifidobacterias han sido las que han mostrado mayor evidencia científica en la modulación de síntomas emocionales, de ansiedad y depresión.

La microbiota intestinal, junto al sistema neuroendocrino e inmunológico entéricos, son los principales moduladores de la actividad fisiológica del aparato digestivo. En concreto, la microbiota tiene una gran capacidad para regular la digestión de nutrientes, el metabolismo, la defensa contra patógenos, y el fortalecimiento de la barrera intestinal. Además, su papel es clave para mantener el equilibrio necesario para evitar el desarrollo de procesos inflamatorios crónicos, de procesos degenerativos e incluso de cáncer.

El estrés aparece cuando la homeostasis, el equilibrio interno del organismo, se ve amenazado. Entonces, la microbiota entra en juego para regular la respuesta a esta amenaza, y lo hace a través del eje intestino-cerebro; mediante la producción de miles de metabolitos, como los ácidos grasos de cadena corta; de neurotransmisores como la serotonina, que influyen en el estado de ánimo y la ansiedad; y en los niveles de cortisol y otros glucocorticoides.

Múltiples evidencias científicas relacionan la alteración de la microbiota intestinal con trastornos mentales,en especial, los trastornos de ansiedad, depresión y patologías relacionadas con el estrés. Por esta razón, mantener una microbiota intestinal saludable mediante una alimentación rica en fibra, prebióticos y probióticos puede mejorar la salud digestiva y reducir la vulnerabilidad al estrés y a problemas emocionales.

“El consumo de probióticos, como los presentes en el yogur, kéfir, chucrut, y prebióticos derivados del consumo de fibra vegetal, puede mejorar los indicadores de salud de la microbiota intestinal, reducir la inflamación y la respuesta inmune, modular la permeabilidad intestinal y modular la respuesta al estrés, favoreciendo el bienestar emocional a través del eje intestino-cerebro”, explicó Javier Santos, jefe Clínico de Gastroenterología del Hospital Universitario Vall d´Hebron, de Barcelona, y miembro del Ciberehd durtante el simposio organizado por Farmasierra “Papel emergente de los psicobióticos en el manejo del estrés y enfermedades relacionadas” dentro del XVI Congreso de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP).

Eficacia en el contexto de una vida saludable

Estudios recientes igualan el ejercicio físico con la eficacia del tratamento antidepresivo en pacientes con depresiones moderadas. Asimismo la dieta mediterránea es conocida por sus efectos beneficios sobre la salud mental, por lo que es una condición indispensable que el tratamiento del estrés con psicobióticos esté complementado con cambios en el estilo de vida por parte de los pacientes.

"Hay que concienciar a la población de que el estrés es una cuestión individual y de que su salud depende también de lo que comen, de si hacen ejercicio o de cómo duermen; de sus hábitos. Por eso en patologías multicausales no podemos ir con tratamientos únicos porque fracasaremos. Debemos tener un amplio espectro de herramientas y adaptarlas a cada persona", destacó Amanda Rodríguez-Urrutia, psiquiatría senior del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario Vall d´Hebron, de Barcelona, e investigadora adscrita al Cibersam.