Cambio climático
El rincón del planeta donde los ríos se están volviendo naranjas (y nadie sabe por qué)
Los ríos de Alaska se están volviendo anaranjados con el hierro y el ácido sulfúrico. Los científicos están tratando de descubrir por qué
El Salmón, uno de los ríos más remotos y tranquilos de América, situado en Alaska, ha sido siempre celebrado por la naturaleza virgen que le rodea y por lo cristalino de sus aguas. De hecho, la propia ley ambiental de ese estado lo define como un río con un “agua de claridad excepcional”. Hasta ahora.
El paradisíaco río se está oxidando, literalmente. Los afluentes a lo largo de un tercio del Salmón, de 110 kilómetros de longitud, están llenos de minerales de hierro oxidado y, en muchos casos, ácidos, según el panorama que describe la revista especializada Scientific American.
Lo mismo está sucediendo con los ríos y arroyos a lo largo de Brooks Range (al menos 75 de ellos en los últimos cinco a diez años están viviendo este fenómeno) y probablemente también va a ocurrir lo mismo en Rusia y Canadá.
El verano pasado, un investigador vio dos arroyos de color naranja mientras volaba desde Columbia Británica a los Territorios del Noroeste, según recoge esta web. "Es casi seguro que está sucediendo en otras partes del Ártico", dijo Timothy Lyons, geoquímico de la Universidad de California, Riverside.
Culpan al cambio climático
Los científicos que han estudiado estos ríos oxidados coinciden en que la causa última es el cambio climático. El Parque Nacional del Valle de Kobuk se ha calentado 2,4 grados Celsius (4,32 grados Fahrenheit) desde 2006 y podría aumentar otros 10,2 grados C para 2100, un aumento mayor que el proyectado para cualquier otro parque nacional.
Es posible que el calor ya haya comenzado a derretir el 40 por ciento del permafrost del parque, la capa de tierra justo debajo de la capa superior del suelo que normalmente permanece congelada durante todo el año.
Pero ha sido un misterio cómo exactamente el deshielo del permafrost está volviendo anaranjados estos ríos. Resolverlo es crucial para comprender cuál podría ser el impacto ecológico generalizado y para ayudar a las comunidades a adaptarse, como las ocho aldeas nativas de Alaska que dependen de los ríos en el oeste de Brooks Range para obtener peces y agua potable.
Algunos investigadores creen que el ácido de los minerales está lixiviando hierro de un lecho de roca que ha estado expuesto al agua por primera vez en milenios. Otros piensan que las bacterias están movilizando el hierro del suelo en los humedales que se están descongelando, según explican en su investigación.
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