Polémica

La Rota, un tribunal «implacable» para el obispo de Cádiz

León XIV habría firmado el encargo para investigar los supuestos abusos de Rafael Zornoza a un menor

El obispo Rafael Zornoza, durante las ordenaciones sacerdotales celebradas el pasado año en Cádiz
El obispo Rafael Zornoza, durante las ordenaciones sacerdotales celebradas el pasado año en CádizDiócesis de cádiz

El Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España ya ha comenzado a investigar la primera denuncia por presunta pederastia a un obispo español. Según ha confirmado LA RAZÓN, apenas habría llegado hace unas semanas el encargo para investigar a Rafael Zornoza, el pastor acusado de supuestos abusos sexuales continuados a un menor desde los 14 años a los 21. Los hechos se habrían producido en el entorno del Cerro de los Ángeles cuando Zornoza era rector del Seminario Mayor de Getafe, la Diócesis del sur de Madrid.

LA RAZÓN ha podido verificar que la orden a La Rota vendría directamente firmada por León XIV, después de que la carta del denunciante llegara a Doctrina de la Fe. A partir de ahí, el oficial encargado de abordar el caso lo remitió al arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses. Como metropolitano responsable de parte de las diócesis andaluzas, habría decidido inhibirse en el caso para borrar cualquier sospecha de parcialidad en el proceso. Además de comunicarlo a Roma, también habría alertado de manera informal de la trascendencia que podría tener y recomendado adoptar unas medidas cautelares que, a fecha de hoy, no se habrían dado.

Lo cierto es que los llamados «delicta graviora», esto es, los delitos graves como los abusos, en principio están reservados para Doctrina de la Fe, con competencia exclusiva. Pero, también puede delegar a terceros, como se hizo en un primer momento a Sevilla y, ahora, a La Rota. No en vano, la instrucción del Episcopado Español publicada en mayo de 2023 que actualiza los protocolos para abordar la crisis de los abusos recoge explícitamente que los obispos puedan delegar la investigación, instrucción y resolución del proceso judicial en el tribunal ubicado en Madrid. No hay que olvidar que el hecho de que España cuente con un tribunal de estas características es una excepcionalidad en el orbe católico, ya que ningún otro país cuenta con esta ventanilla específica.

Ya en noviembre de 2022, el entonces nuncio Bernardito Auza, ante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, alabó de la Rota «su imparcialidad, su independencia, el debido respeto a la presunción de inocencia y al derecho de defensa, y demás garantías exigidas a todo proceso penal que se precie, ya sea por vía judicial o administrativa». Este elogio es corroborado también por las víctimas de algunos de los casos más relevantes que el tribunal eclesiástico ha abordado en estos últimos años, que califican de «impecables e implacables» tanto los procesos, el trato dado a los denunciantes como los dictámenes y sentencias firmadas.

Sentencias «históricas»

Lo cierto es que hasta hace unos años, La Rota madrileña era conocida por resolver los litigios vinculados a las nulidades matrimoniales, especialmente las relacionadas con «celebrities». Sin embargo, la lacra de los abusos sexuales ha obligado a reciclarse. De hecho, cuenta con sentencias que se consideran «históricas» en tanto que marcan un antes y un después en la línea de las reformas promovidas por el Papa Francisco. Así sucedió en noviembre de 2023, cuando condenó al teólogo franciscano Francisco Javier Garrido por dos casos de «falso misticismo y solicitación de confesión».

Se trata de una pena que reconocería abusos de poder, conciencia y sexuales por parte del religioso español a dos religiosas, si bien podría haber más víctimas tanto consagradas como laicas. El auto del tribunal superaba las trabas con la que se topan los adultos cuando dan un paso adelante para denunciar estas agresiones y permitió salvar el vacío legal puesto que la norma actual vaticana no contemplaría la condena por este tipo de agresiones a la espera de que se modifique el Código de Derecho Canónico.

Más reciente es el informe elaborado por La Rota a petición del cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, con relación a las Hijas del Amor Misericordioso (HAM), una asociación pública de fieles que funcionaría a modo de congregación religiosa sin serlo, sobre la que sobrevolaban supuestas acusaciones de abusos de poder, conciencia y sexuales. Tras un año y medio de investigación, muchas horas de trabajo y una instrucción de más de mil folios, el tribunal eclesiástico propuso cerrar a cal y canto a esta entidad por la gravedad de los testimonios recogidos, al dejar al descubierto la presunta existencia en las HAM de «delicta graviora».

Con el consejo de La Rota y un informe paralelo de dos visitadoras, el purpurado optó el pasado julio por una intervención «quirúrgica» que ha pasado por apartar cautelarmente a la superiora general del grupo, María Milagrosa Pérez Caballero, conocida como Marimí, y nombrar a una comisaria extraordinaria para intentar encauzar desde dentro la estructura y, sobre todo, acompañar a posibles víctimas que puedan estar dentro de la asociación.

El decano, con los derechos de las víctimas

Más allá de sentencias e informes, la experiencia adquirida por los jueces de La Rota, también habla de su preocupación por las víctimas y sus derechos. Así lo verbaliza el decano del tribunal, Carlos Morán, tanto en sus intervenciones públicas como en sus escritos. En un artículo de la revista «Estudios eclesiásticos» al que ha tenido acceso LA RAZÓN, el especialista en Derecho Canónico, reclama a la Santa Sede que las víctimas puedan «ejercer la acusación particular» para que, entre otras cosas, se les comuniquen las actuaciones, puedan hacer alegaciones, se les notifique la resolución y recurran si es preciso.

La «jubilación», en manos del arzobispo Montanari

Según ha confirmado LA RAZÓN, la cúpula de los obispos españoles desconocía la denuncia contra Rafael Zornoza. La publicación de «El País» dejó en «shock» al Episcopado. Ante el escándalo, se movió ficha para que la Santa Sede actuara con celeridad, a modo de medida cautelar, para aceptar la renuncia del obispo de Cádiz, que presentó en julio de 2024, cuando cumplió 75 años, la edad preceptiva de jubilación. Sin embargo, hasta la fecha no se había aceptado. Tras comunicarle al secretario del Dicasterio para los Obispos, el arzobispo brasileño Ilson de Jesús Montanari (en la imagen), fuentes eclesiales explican que en Roma no eran conscientes de la gravedad y trascendencia del caso y que buscarían cursar de inmediato un cese que todavía no ha llegado.