Cargando...

Opinión

¿Somos vagos?

Tan sólo hay desincentivación y falta de control

Cristina López Schlichting: «Un buen periodista ha de ser cotilla» larazon

Cada día faltan a su trabajo en España millón y medio de personas. De acuerdo con los datos de la Fundación Civismo, de cada jornada laboral de ocho horas se pierden 30 minutos. El absentismo nos está costando 45.000 millones de euros, una cifra que equivale al presupuesto de universidades e I+D juntos y que representa el 3 por 100 del PIB español.

Se equivoca si sospecha usted de regiones tradicionalmente tachadas de “vagas”. Cantabria, País Vasco y Canarias son las regiones más afectadas, con un 50 por 100 más que Madrid o Andalucía, que presentan las cifras más bajas. Y es que el problema es más bien de ricos, parece ser que las bajas por incapacidad temporal doblan las de Alemania, Holanda y algunas regiones de Francia y son particularmente graves en la administración. La Sanidad o el Servicio de Correos presentan un índice de ausencias cuatro veces superior a los sectores tecnológicos e informáticos. Los que me leen saben de sobra las veces que su médico o trabajador social está de baja. Es asombroso. Cada uno atesora sus anécdotas. Yo, por ejemplo, la del amigo policía que todos los años se apunta a los cursos de formación y al que el colega del sindicato firma los papeles de asistencia. Eso le permite una semana de vacaciones. La cosa es tan grave, en palabras de Albert Guivernau, responsable del estudio, que hay empresas que han tenido que contratar personal específico para gestionar las bajas u ofrecer pluses salariales a quienes se ausentan menos.

Quienes vivimos la presión del azacaneado negocio privado, donde cada trabajador es indispensable todo el tiempo y cada uno se piensa muy mucho hasta una baja por gripe, vivimos las ausencias en las ventanillas con impotencia.

Hay soluciones, apuntan los expertos. Por ejemplo, desarrollar planes de reincorporación para las bajas prolongadas. ¿Cómo es posible que haya personas que se tomen un mes tras una operación de cadera mientras otras permanecen tres en casa? Convendría mejorar la inspección y hay que sincronizar los datos entre las mutuas y la Seguridad Social.

No es verdad que los “los españoles son vagos”. De otro modo lo serían todos por igual, no determinados sectores. Tan sólo hay desincentivación y falta de control. Aunque el gobierno repita que hay que reducir la jornada laboral, cosa que mueve a la indolencia, los ciudadanos no queremos yacer en el sofá. Lo que queremos son empresas eficaces, buenos sueldos y la posibilidad de que el trabajo sea un ámbito estimulante. Qué cierto es que una profesión amada es la garantía de una vida interesante, en la que servir con gusto. Detrás de todo esto hay dejación, aburrimiento y mala organización.