Ciencia y Tecnología

Tecnologías para cambiar el planeta

Hoy, por el continuo uso de nuestros «gadgets», consumimos al año la misma cantidad de energía que toda la Tierra en 1985

Tecnologías para cambiar el planeta
Tecnologías para cambiar el planetalarazon

Hoy, por el continuo uso de nuestros «gadgets», consumimos al año la misma cantidad de energía que toda la Tierra en 1985

La Cumbre de París es, según muchos medios, la última gran oportunidad de ponernos de acuerdo para salvar al planeta. Pero la realidad es que la decisión a la que se llegue no dependerá de los ciudadanos, sino de sus gobernantes. Y quienes de verdad tienen la intención de cambiar las cosas pueden hacerlo de modo muy sencillo, con estrategias al alcance de cualquiera. Puede que el gran «enemigo» sea uno muy diferente. Actualmente, de acuerdo con un estudio realizado por Mark Mills, director de Digital Power Group, consumimos un 50% más de energía moviendo bites que haciendo volar aviones en todo el planeta. La tecnología de la comunicación (ICT) consume 1.500 teravatios hora por año... Lo mismo que todo el planeta en 1985. Ya vemos por dónde van los vatios. De acuerdo con un estudio de la Agencia Internacional de Energía (IAE, por sus siglas en inglés) los diez países que más energía eléctrica consumen son responsables de más de una cuarta parte de las emisiones globales de CO2. De este modo, reducir nuestro consumo eléctrico en el hogar o en la oficina o al menos utilizarlo de modo eficaz, puede tener un gran impacto. Hasta en nuestro bolsillo: solo apagar los electrodomésticos y dispositivos que quedan encendidos por la noche, en modo «stand by», ahorra más 100 euros al año (representa el 11% del consumo), según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Un dato que puede sorprender también llega de la mano de Mills. Si tuviéramos que apostar, ¿qué consume más energía, un smartphone o una nevera? Pues el informe elaborado por Mills afirma que una nevera «ambientalmente responsable» consume unos 322 kW-hora al año, mientras cargar, usar la red wifi y enviar y recibir datos en un smartphone precisa unos 361 kW-hora por año.

Por ello, aparte de apagar por completo el equipo electrónico por la noche, hay «gadgets» que pueden reducir nuestro consumo anual y marcar una diferencia. Si a eso se le unen medidas gubernamentales, mejor aún.

Reciclando el «zapping»

El televisor Philips Econova está hecho de materiales reciclables y cuando se pone en modo «stand-by», él solito se apaga por completo. Por si fuera poco, su mando a distancia funciona con energía solar. Menos batería, menos consumo y menos basura.

En las horas muertas

Todos tenemos una ventana al alcance del cargador. Sea en la oficina, en el tren o en casa. Para esos momentos sirve Ray, un cargador con ventosa que utiliza la energía solar para llenar la batería de cualquier smartphone del mercado. No sólo es verde, también es práctico.

Ponerse las pilas

Millones de baterías se tiran a la basura cada año, contaminando el planeta con mercurio y metales sumamente tóxicos durante siglos. USBCell es una pila AA a todos los efectos, sólo que esconde algo de magia en el interior: desprender la parte superior basta para hacer aparecer un puerto USB. Con él se cargan las baterías en cualquier dispositivo. Dos de estas pilas cuestan menos de 15 euros. Y éstas sí duran y duran y duran...

Toco madera

Científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison han desarrollado un microchip a partir de nanofibras de celulosa, un producto de la madera. Está cubierto de la resina epoxi para evitar la humedad. Sus semiconductores son biodegradables casi por completo. Una alternativa verde para el auge de e-basura.

Un sol en la mano

Mobius parece una funda de iPhone, pero no sólo lo protege, más importante aún, es un cargador solar. Si bien es cierto que tarda en cargarse (necesita varias horas al sol para una carga completa), sí vale la pena tenerlo como alternativa para viajes o excursiones.

Quedarse de cartón piedra

El invento de Tsung Chih-Hsien es el sueño de muchos. En lugar de llevar cargadores, cables y demás parafernalia de gadgets, las cápsulas biodegradables Mini Power están hechas de cartón y contienen suficiente energía para 2, 4 o 6 horas de uso. Una vez terminada su carga, se llevan a la tienda para reciclar.

Lo que es moda no incomoda

Salir a correr ya no es lo que era hace 10 años. Hoy sin música, podómetro o algún tipo de «gadget», es raro que alguien se asome a la calle o al gimnasio. El Skinny Player es una «tirita» que se sincroniza a nuestra música y su única fuente de energía es el calor del cuerpo. En futuras actualizaciones contará con medidor de distancias y calorías consumidas. Ah! Y es manos libres.

Para muestra, un botón

Es sencillo, discreto y con buen diseño. Se llama Eco Button y su tarea es muy directa: se conecta al ordenador mediante un puerto USB y cada vez que se pulsa pone el ordenador en modo reposo, reduciendo su consumo más de un 80%.

Agua que no has de beber...

El consumo de agua es otro de los elementos cruciales en el planeta. Y, quienes viven con niños o adolescentes, pueden encontrarse ante la dificultad de hacerles entender cuánto gastan. Water Pebble se pone en el desagüe y mide nuestro consumo. A partir de ese momento, cuando sobrepasamos el promedio aconsejado para nuestro hogar, comienza a parpadear una luz verde para advertirnos.