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23andMe, la empresa de análisis genéticos, se declara en bancarrota
La empresa buscará ser adquirida para poder seguir operando

La empresa que popularizó los tests de ADN caseros para descubrir tus orígenes y predisposiciones genéticas, 23andMe, ha anunciado un movimiento que dice mucho de cómo está el sector en la actualidad: se ha declarado en bancarrota bajo el Capítulo 11 de la ley estadounidense. Este paso, según la propia compañía, tiene como objetivo facilitar su venta tras años de dificultades financieras.
La noticia llegó acompañada de otro anuncio importante: la renuncia con efecto inmediato de Anne Wojcicki, cofundadora y hasta ahora CEO de 23andMe. Wojcicki no se desvincula por completo de la empresa, ya que ha manifestado su intención de convertirse en una de las posibles compradoras independiente de la compañía. Mientras tanto, el director financiero y de contabilidad, Joe Selsavage, asumirá el cargo de CEO en funciones.
La junta de la empresa busca ser adquirida
Según Mark Jensen, presidente del consejo de administración, este proceso supervisado por un tribunal es la mejor vía para "maximizar el valor del negocio". La empresa espera que este procedimiento le permita abordar los desafíos operativos y financieros que enfrenta, incluyendo la reducción de costes y la resolución de responsabilidades legales y de arrendamiento.
Recordemos que 23andMe saltó a la fama por sus kits de test genético que, a partir de una muestra de saliva, ofrecían a los usuarios información sobre su ascendencia y ciertos rasgos de salud. Tras su salida a bolsa en 2021, la compañía llegó a alcanzar una valoración de 6.000 millones de dólares.
Sin embargo, desde entonces su valor se ha desplomado hasta los 50 millones, lastrada por la falta de rentabilidad. A esto se suma un acuerdo extrajudicial por 30 millones de dólares alcanzado en septiembre tras una demanda relacionada con una brecha de seguridad en 2023 que afectó a los datos de casi siete millones de clientes. Por si fuera poco, en noviembre anunció un recorte del 40% de su plantilla.
A pesar de este panorama, 23andMe ha asegurado que su intención es "continuar operando su negocio" durante el proceso de bancarrota y que el acceso de los clientes a sus datos y suscripciones no se verá afectado. En un comunicado, la propia Anne Wojcicki asumió la responsabilidad de los desafíos actuales, pero se mostró firme en su creencia en el futuro de la empresa.
La bancarrota de 23andMe deja muy claros los desafíos a los que se enfrentan las empresas que pretenden dar a los consumidores una visión de su información genética. A pesar del gran interés inicial y la promesa de democratizar el acceso a la información genética, la empresa ha tenido dificultades para encontrar un modelo de negocio sostenible y rentable a largo plazo.
La competencia en el sector ha aumentado, y las preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos genéticos han pesado sobre la percepción de los consumidores. Además, la interpretación de la información genética y su utilidad clínica real siguen siendo temas complejos y en constante evolución.
Ahora, el futuro de 23andMe queda en manos de este proceso de venta supervisado por el tribunal. La posible adquisición por parte de Anne Wojcicki u otro inversor podría significar un nuevo rumbo para la compañía, quizás con un enfoque renovado en áreas específicas o con una estrategia diferente para monetizar su valiosa base de datos genéticos que aun tiene en su poder.
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