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Teletrabajo

Acabar con el teletrabajo era una trampa: muchas empresas lo hacen para recortar sus plantillas

Un estudio apunta que el retorno forzado a la oficina sirvió a muchas empresas para recortar personal sin comunicar despidos

Imagen de archivo Sinc

Un estudio reciente sobre la vuelta a la oficina confirma algo que muchos trabajadores ya intuían:el fin del teletrabajo no siempre buscaba mejorar la colaboración. En muchas empresas, el regreso presencial se ha usado como una forma discreta de presionar salidas y ajustar plantillas sin anunciar despidos.

Según la encuesta, uno de cada cuatro directivos reconoce que esperaba que la obligatoriedad de volver a la oficina empujara a una parte del personal a marcharse. Para algunos empleados, recuperar los desplazamientos diarios y perder flexibilidad supone un coste económico y personal que no todos pueden asumir. Y quienes no encajan en ese modelo acaban renunciando.

Además, casi un tercio de los directivos admite que otro de los motivos del regreso presencial era vigilar de cerca al equipo, más por necesidad de control que por una mejora real del rendimiento.

Un ajuste silencioso en las oficinas

El estudio apunta también a un efecto llamativo: muchas compañías terminaron recortando personal porque la ola de renuncias no fue tan grande como esperaban. Es decir, la vuelta a la oficina actuó como un filtro que redujo la plantilla sin necesidad de anunciar despidos de manera oficial.

La investigación revela además un cambio claro en la cultura laboral. Hay empleados que van a la oficina para “hacerse ver”: llegan antes, se quedan después o buscan reuniones presenciales simplemente para dejar constancia de su presencia, temerosos de que el teletrabajo les haga parecer menos comprometidos.

Los datos coinciden en un punto: el problema no es trabajar en casa o en la oficina, sino cómo se impone el cambio. Cuando la presencialidad se aplica sin explicaciones o sin tener en cuenta la vida diaria de los empleados, genera frustración y desconfianza. La oficina puede volver, pero recuperar la confianza de quienes sienten que se usó para recortar personal será mucho más complicado.