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En un reciente 2018, un director prácticamente desconocido, Ari Aster, presentó esta película en Sundance... y el público salió temblando, literalmente. Con Toni Collette (El sexo sentido) ofreciendo una de las interpretaciones más intensas que se recuerdan en el género, y más de 80 millones de dólares recaudados en taquilla con un presupuesto mínimo, se convirtió en la cinta más taquillera de la historia de A24.
Varias escenas fueron rodadas con efectos prácticos y trucos de cámara, sin apenas CGI, para aumentar el realismo. Además, Aster obligó al equipo a construir una maqueta exacta de la casa, replicando incluso los muebles, para jugar con esa sensación inquietante de miniaturas. ¿El resultado de todo este esfuerzo? Por ejemplo, en la web de reseñas Rotten Tomatoes alcanza un 90% de valoraciones positivas de los críticos y un 71% de la audiencia, que se muestra algo más reacia. Sin embargo, en la exigente plataforma de FilmAffinity supera el 6,5/10, algo poco habitual para una película de terror sobrenatural tan arriesgada.
Tras la muerte de su madre, una mujer con un pasado complicado, Annie Graham (Toni Collette) intenta sobrellevar el duelo mientras cuida de su familia: su esposo Steve (Gabriel Byrne), su hijo adolescente Peter (Alex Wolff) y la inquietante Charlie (Milly Shapiro), la más pequeña, quien mantenía un vínculo particularmente estrecho con la abuela. Al principio, todo parece una adaptación difícil a la pérdida, pero pequeños sucesos inquietantes comienzan a enturbiar cada vez más la rutina: sombras que se mueven, palabras susurradas y símbolos ocultos que apuntan a un legado familiar más perturbador de lo que nadie imaginaba.
A medida que la tensión crece, Annie descubre secretos sobre la vida de su madre que abren la puerta a algo oscuro e incontrolable, arrastrando a la familia a una espiral de paranoia y desesperación. Esta película no se limita al terror sobrenatural: explora el peso del trauma, la culpa y la herencia emocional, convirtiendo lo cotidiano en una pesadilla. Cada escena está diseñada para incomodar, con un crescendo que pasa del drama familiar al horror absoluto en un instante, sin que el espectador llegue a ser consciente de cuándo se cruzó la línea. El resultado es una experiencia sofocante que te deja con la sensación de que el verdadero terror no viene de fuera, sino de lo que se transmite de generación en generación.
¡Has acertado! La película de la que hablamos es 'Hereditary', y tiene una duración de poco más de 2 horas. Si te apetece pasar un rato de miedo, nunca mejor dicho, podrás hacerlo en streaming con una suscripción a Prime Video o Movistar Plus+.
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