Información y datos

Yuval Noah Harari, tecnólogo e historiador, advierte sobre nuestra información y el uso que le dan las empresas: "Las más poderosas son ricas porque tienen una gigantesca cantidad de información almacenada"

Para el autor de las obras Sapiens, Homo Deus y Nexus la sociedad actual se encuentra en un punto en que determinados servicios se pagan a base de información sin contar con el valor de ella

Yuval Noah Harari es unos de los filósofos más reputados de la actualidad
Yuval Noah Harari es unos de los filósofos más reputados de la actualidadFacebook Yuval Noah Harari

Vivimos en una era que se ha bautizado como sociedad de la información. En ella destaca el impacto social, económico y cultural que han llevado a cabo las nuevas tecnologías de información y comunicación. Esto es algo que se hace notar en especial desde el auge, expansión, consolidación y democratización del acceso a Internet y su papel como puerta a un mundo repleto de datos y de usuarios con los que entablar relación e intercambio de información.

Unas sociedades en las que la información ha visto crecer su valor, tanto por el papel y la capacidad de comercializar con ella como por el flujo económico que mueve a su alrededor en forma de agentes informativos. Fue el sociólogo Daniel Bell quien acuño el término sociedad de la información en 1972 y, desde entonces, su presencia es innegable.

Poder acceder a la información en diferentes soportes fue todo un hito que permanece, pero hubo quienes, además, vieron en la información una herramienta con un valor difícil de calcular. Hasta el punto de que hoy en día hay quienes cuentan con toda esa información en su poder y apenas se ven en la necesidad de obtener rendimiento económico de ella, tal como apunta el filósofo e historiador israelí Yuval Noah Harari, que teme que la situación se vea acentuada con el desarrollo de la inteligencia artificial.

Los datos y la información, fuente de riqueza

Con motivo de la publicación de su libro Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA Harari, de 49 años, mantuvo una conversación con el periodista Bruce Edwards que forma parte del personal de Finanzas y Desarrollo del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Durante la charla, recogida en el pódcast publicado por dicha organización, Harari explicó la idea que expone en su obra sobre el cambio de paradigma de la economía actual, que se encuentra, según el historiador y escritor israelí, en pleno proceso de evolución de economía del dinero a economía basada en el intercambio de información.

De cara a explicar con detalle su visión Yuval Noah Harari se sirvió de su ejemplo personal y de la relación de su información con respecto a una compañía cuyos servicios usa de forma habitual y que reconoció que es “una de las empresas más importantes en mi vida”: Google, de plena actualidad por el lanzamiento de Gemini 3.

Servicios a cambio de información detallada del perfil del usuario

El intercambio se produce por el soporte que Google ofrece a Harari a través de sus servicios, que, como retorno, obtiene información sobre los gustos, pensamientos, rutinas o aficiones del filósofo. En la relación no media ninguna transacción monetaria, solo información, cuestión que según él mismo indica que “el poder, la riqueza y el significado de la riqueza pasan de tener mucho dinero a tener muchos petabytes de información”, destacó.

Una conclusión que derivó en una pregunta lanzada al aire por el propio Yuval Noah Harari, más a modo de reflexión que buscando una respuesta que él mismo tenía: “¿Qué ocurre cuando la gente y las empresas más poderosas son ricas en el sentido de que tienen una gigantesca cantidad de información almacenada que ni siquiera se molestan en monetizar, en canjear por dinero, porque pueden obtener todo lo que quieren a cambio de información?”, planteó Harari, que ejerce como profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Un interrogante que el propio escritor y filósofo zanjó con su reflexión final sobre el tema, al apuntar que “si la información sirve para comprar bienes y servicios, el dinero resulta innecesario”.