Un algoritmo para acabar con la trata de personas: conecta pistas y vigila actividades criminales

La plataforma Traffik Analysis Hub (TA Hub) es una nueva plataforma que utiliza la Inteligencia Artificial (IA) para ayudar a las entidades públicas, privadas y organizaciones sin ánimo de lucro en la lucha contra la trata de personas. Para ello, cuenta con Watson Discovery y Natural Language Processing para identificar patrones de datos que permitan rastrear posibles actividades relacionadas con el tráfico de personas, una industria que retiene aproximadamente a más de 40 millones de personas en todo el mundo.

Dicha tecnología puede correlacionar transacciones financieras sospechosas con incidentes relacionados con actividades sospechosas que ya se han hecho públicas", recoge un comunicado emitido por IBM. "Creemos que la Inteligencia Artificial pueden tener un rol importante para mejorar la vida de muchas personas", señala Guillermo Miranda, director Global de Responsabilidad Social Corporativa de la compañía.

"Lo que también es clave en este proyecto es la colaboración entre el sector público, el sector privado y los organismos sin ánimo de lucro, para abordar el problema juntos. Las diferentes entidades participantes nos indican que el conocimiento y la inteligencia que se obtiene a partir de TA Hub les permitirá progresar en su lucha contra la trata de personas", añade. Con esta plataforma, las organizaciones registradas en ella pueden compartir y analizar datos de forma segura que les ayude a conectar pistas y confirmar potenciales actividades criminales. Asimismo, podrán obtener nueva información y contexto de mucho valor que las organizaciones difícilmente habrían podido conseguir por sí mismas.

Con el objetivo de lograr una coordinación real contra el tráfico de personas, TA Hub también permite a los miembros registrados que recopilen, compartan y analicen datos de forma segura en la nube. Según IBM, a las ONG se les ayudará a educar a las comunidades para prevenir la captación y rescatar y reintegrar a supervivientes de la trata; a las fuerzas del orden, a perseguir a los responsables; a los políticos, a desarrollar nuevas leyes; y a las entidades financieras, a identificar y congelar activos obtenidos con esta actividad criminal.