Industria

España, más lejos del “HIMARS”, más cerca de fabricar su propio sistema lanzamisiles

El Ejército de Tierra lleva 11 años, tras la “jubilación” de los Teruel, sin estas armas, aunque en los presupuestos de 2023 hay una primera partida de 22 millones

A la izquierda, el sistema lanzacohetes PULS, de la israelí Elbit que podría fabricarse en España; a la derecha, el sistema estadounidense HIMARS
A la izquierda, el sistema lanzacohetes PULS, de la israelí Elbit que podría fabricarse en España; a la derecha, el sistema estadounidense HIMARSLa Razón

La guerra de Ucrania ha puesto en valor los sistemas lanzamisiles, y muy especialmente el estadounidense HIMARS, siglas en inglés de High Mobility Artillery Rocket System, diseñado por Lockheed Martin. Se trata de una plataforma ligera montada en un camión desarrollado capaz de cargar seis cohetes o un Army Tactical Missile System (ATACMS), misiles de la nueva familia de misiles tácticos medianos del Ejército de Estados Unidos.

Este sistema, que ya presta servicio en varios países aliados, algunos de ellos vecinos de España como el caso de Marruecos, Polonia o Rumanía, tiene partes intercambiables con el MLRS M270A1, pero carga apenas la mitad del número de misiles que el anterior. La ventaja es que al ir montado sobre un chasis con ruedas en lugar de orugas este diseño ofrece una capacidad única de disparar y huir que permite a los soldados posicionarse, atacar y reubicarse rápidamente después de disparar.

España había mostrado en varias ocasiones su interés en adquirir estos sistemas, vía adquisición directa o a través de alguna compañía española que comprase la tecnología a Lockheed Martin y la fabricase en nuestro país. Sin embargo, los continuos retrasas por falta de presupuesto han ido relegando esta posibilidad, pero se han ido abriendo otras opciones, pues lo que está claro es que España no puede seguir sin este armamento si quiere tener unas Fuerzas Armadas a la altura de sus aliados.

Hasta el año 2011, el Ejército de Tierra, a través del Regimiento de Artillería Lanzacohetes nº 63 con sede en Astorga mantuvo en servicio 12 lanzadores múltiples Teruel. Sin embargo, una serie de problemas en las últimas versiones obligaron a retirarlos con la idea de sustituirlos por otro sistema. En principio se pensó en el HIMARS pero, tras quedar prácticamente descartada esta opción, lo cierto es que el proyecto pasó a dormir el sueño de los justos y España actualmente carece de ellos.

Como decía la revista “Ejército” del Ministerio de Defensa en un artículo hace dos años, que resultó premonitorio, “debido a que la creciente inseguridad global parece indicar que en un futuro no muy lejano no se podrá vivir sin las capacidades que proporciona la artillería de largo alcance, puede concluirse que para las Fuerzas Armadas en su conjunto, y el Ejército de Tierra en particular, es fundamental recuperar la capacidad cohete”.

Afortunadamente, en los más expansivos presupuestos del Ministerio de Defensa para 2023 se incluye una partida de 22 millones de euros para el denominado programa Lanzacohetes Alta Movilidad SILAM (Sistema Lanzador de Alta Movilidad).

¿Cómo se desarrollará este programa militar? Actualmente, ningún país europeo cuenta con sistemas propios de este tipo: Francia o Reino Unido, emplean el MLRS. Los actuales sistemas occidentales de artillería lanzacohetes, ya sean sobre cadenas, representados por el M270 MLRS (Multiple Launcher Rocket System), o sobre ruedas con el M142 HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System), son los más destacados, aunque también existen otros como el que ha desarrollado la industria brasileña, Astros, de la empresa Avibras, o el sistema PULS (Precise and Universal Launching System) de la firma israelí Elbit. Frente a ellos el PHL-03 chino o el 9A52-4 de la Federación Rusa, que, según numerosos analistas militares, superan a los occidentales en alcance y potencia de fuego.

Proyecto de la industria española con la israelí Elbit

A la espera de que se concrete el programa SILAM, algunas empresas españolas ya han empezado a dar los primeros pasos en esta dirección y han presentado sus propuestas al Ministerio de Defensa. Así, Expal y Escribano han presentado en el foro Ejército-Empresas de Toledo su propuesta para el desarrollo de un sistema lanzacohetes de alta movilidad (Silam) para el Ejército de Tierra.

El sistema estará basado en el lanzacohetes PULS (Precise and Universal Launching System) de la firma israelí Elbit. El proyecto contempla la transferencia de tecnología para el desarrollo por parte de empresas españolas del lanzador y la munición (cohetes y misiles). Las compañías plantean un lanzacohetes con dos PODS; cada POD está diseñado para un tipo de cohete específico: el Accular 122 mm (18 cohetes) con un alcance de hasta 35 km, el Accular 160 mm (10 cohetes) con un alcance de hasta 40 km, el EXTRA (4 cohetes) con un alcance de hasta 150 km y el Predator Hawk (2 cohetes) con un alcance de hasta 300 km. El sistema puede neutralizar con precisión y eficacia los objetivos especificados en todos los rangos. Todos estos misiles están fabricados por la compañía también israelí Israel Military Industries (IMI) y muchos de ellos están en servicio en las fuerzas armadas de ese país.

Una misión de disparo típica se puede ejecutar en menos de un minuto desde el inicio. El PULS, según la propia compañía israelí, es totalmente adaptable a las plataformas existentes, lo que permite una reducción significativa en los costos de mantenimiento y capacitación que serían necesarios con una nueva plataforma de vehículos. El lanzador fue diseñado específicamente para cerrar las brechas entre todos los componentes básicos de la artillería: medios de fuego, sensores y C4I.

La batería se instalará sobre un vehículo Iveco Astra 6x6 y estará integrada en el sistema de mando y control Talos. El programa además incluye la formación responsable de su operación en el Ejército de Tierra y también el mantenimiento a lo largo del ciclo de vida.

El sistema PULS ha sido seleccionado por las prestaciones, capacidades del sistema, velocidad de despliegue y garantía de la soberanía nacional, después de analizar los sistemas de diferentes tecnólogos que existen en el mercado. La idea, al final, es nacionalizar la producción de este desarrollo. Todavía está pendiente de definir el porcentaje nacional, no obstante, será “muy elevado”, explican fuentes conocedoras del programa a Infodefensa.com, superando ampliamente el 50%.

Como detallan las empresas impulsoras del proyecto, este tipo de sistemas tienen una alta movilidad y velocidad para entrada y salida de posición, características que dificultan la detección y el ataque. Ofrecen apoyo de largo alcance a operaciones expedicionarias con fuego destructivo, supresivo y de contrabatería de gran volumen. Además, cuentan con una alta precisión mediante la integración de sistema de guiado que consiguen una mayor eficacia en las operaciones, reduciendo al mismo tiempo los daños colaterales y optimizando los efectos en blancos de alto valor.

Plan industrial

El plan industrial está prácticamente definido. Escribano fabricará los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica, así como la integración de sistemas blindados. Expal, por su parte, producirá componentes, los pod de lanzamiento y la munición. Por debajo habrá diferentes empresas como subcontratistas como Iveco, responsable de la integración del lanzador en el vehículo Astra, o el consorcio de misiles SMS, encargado de conectar la batería con el puesto de mando.

El programa, pendiente de cerrar los flecos de la contratación, ya está en marcha en la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y está previsto que el lanzamiento oficial incluso antes de final de año. El prototipo del sistema podría ser una realidad en un plazo de 18 meses desde la puesta en marcha del programa. “Si se lanzan antes de que acabe el año podría estar para finales de 2023″, señalan.

22 millones en 2023

Este lanzacohetes de alta movilidad es uno de los programas que recibirá financiación gracias al aumento del presupuesto del Ministerio de Defensa. El proyecto cuenta en concreto para el próximo año con una partida inicial de 22 millones de euros en el apartado de Programas Especiales de Modernización, más conocidos como PEA.

Más allá de lo que el dinero permita, las necesidades del Ejército de Tierra pasarían por dotar al Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña nº 63 con al menos un grupo, pero idealmente dos, uno por cada división, para permitir la rotación, con una orgánica de tres baterías, a dos secciones, de dos lanzadores, un total de 12 unidades por división.