Tecnología militar

Así es el nuevo avión espía de Estados Unidos

A simple vista parece un avión privado, pero lo importante está en la infraestructura interna

En la imagen se pueden ver algunos de los sensores adaptados al Artemis II
En la imagen se pueden ver algunos de los sensores adaptados al Artemis IILeidos

Se llama Artemis II y ha sido desarrollado por la empresa Leidos. Este avión parece un jet privado que alquilaría Cristiano Ronaldo o una empresa para llevar influencers en su último tour. Pero lo que distingue a este avión, muy diferente del U-2 considerado el mejor avión espía o de los drones utilizados en vigilancia es la infraestructura en su interior… Y un detalle que, según Leidos, podría cambiar la logística de la guerra para los grandes ejércitos.

El Artemis II, que lleva varias semanas vigilando los cielos de Ucrania, forma parte de la creciente flota de aviones de inteligencia propiedad de contratistas del servicio. No es Estados Unidos quien lo ha fabricado, simplemente contrata sus servicios, que por ahora solo están disponibles para determinadas potencias. Los aviones pertenecen, son operados y mantenidos por empleados de Leidos, no por el Ejército. Pero, a través de satélites, los oficiales del Ejército en los Estados Unidos pueden conectarse a los sensores del avión de forma remota. El Ejército esencialmente le paga a Leidos una tarifa por hora.

En noviembre de 2021, el primer avión Artemis II llegó en Europa para formar parte del esfuerzo de la OTAN para monitorear las fuerzas rusas cerca de la frontera con Ucrania. En total ya ha volado casi 400 misiones acumulando más de 3200 horas de vuelo. Es importante destacar que no lleva ningún arma a bordo y vuela por encima de los 40.000 pies, más de 12.000 metros, muy lejos de la “acción” de defensa que llega desde aviones de combate o misiles tierra-aire.

“El Artemis II – explica Mike Chagnon, director de Leidos – vuela en un patrón similar al de una cortadora de césped, cubriendo cuadrantes, durante 10 horas diarias, 6 días a la semana, en las cuales recopila una enorme cantidad de datos. No vamos a entrar en la zona de conflicto, solo miramos hacia abajo, desde la altura”.

 

Leidos básicamente adaptó un Bombardier Challenger 650 para poder ser rápidamente configurable: puede llevar deceneas de ordenadores o hasta 16 personas y todo el sistema se puede cambiar en apenas unas horas. El fuselaje de esta nave es completamente blanco y apenas si tiene algo que lo distinga, pero en la cabina tiene dos ordenadores de gran potencia, una docena de antenas que trabajan con diferentes frecuencias. Tiene un alcance de 4.000 km y puede estar hasta 10 horas en vuelo sin necesidad de reabastecimiento.

Todos los sensores en la aeronave se pueden cambiar para responder a las necesidades de la misión y en apenas horas. Se puede conectar a los satélites que se desea y el objetivo es que a largo plazo pase a formar parte del proyecto Sistema de Detección y Explotación de Alta Precisión o HADES por sus siglas en inglés. A bordo toda la comunicación está encriptada e incluye también sistemas de seguridad para las conexiones GPS y el sistema de alerta de misiles AAR-57.