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Inteligencia Artificial

Así se verían las ediciones especiales para viajar a la Luna y a Marte del Huawei Ultimate II, según la IA

Los hemos dotado de tecnologías específicas y le hemos pedido a ChatGPT que nos muestren cómo serían con los nuevos materiales y especificaciones.

Ediciones espaciales del Huawei Ultimate II, según la IA JSJS

¿Qué pasaría si uniéramos imaginación con conocimiento? La primera nos lleva a crear un dispositivo existente, pero con nuevos propósitos. La segunda característica, el conocimiento, nos permite dotarlo de especificaciones basadas en tecnologías actuales. Así es como se puede concebir el Huawei Watch Ultimate II, el mismo que permite comunicarse bajo el agua, en una edición especial (y espacial) para que los astronautas lleven a la Luna y a Marte.

El primero de ellos, sería el Huawei Watch Ultimate II Moon Edition. Se trata de una pieza creada para las misiones lunares de larga duración y las bases permanentes en el satélite. Su función no es solo medir el tiempo, sino adaptarse a un entorno donde los días duran casi un mes terrestre.

Cuenta con un modo sinódico: además de las fases lunares, el reloj incluye una escala sinódica de 29,53 días y un sistema de conteo EVA (actividad extravehicular) basado en ciclos de exposición solar y sombra.

El Ultimate II Moon EditionJS/GeminiJS/Gemini

Con este en mente se suma un sistema de husos de misión: permite sincronizar simultáneamente el tiempo terrestre y el tiempo de base lunar (como UTC + Moon 0), con comunicación entre relojes de misión por enlace satelital.

Incluye también un sensor de radiación y micrometeoritos: registra la exposición a partículas energéticas mediante un dosímetro miniaturizado que alerta si el usuario supera el umbral de seguridad. Otro de sus sensores es el barómetro de vacío: no para medir la presión atmosférica (inexistente), sino para detectar microfugas en trajes presurizados o hábitats mediante variaciones de presión relativa.

En cuanto a su construcción, cuenta con una caja de titanio arenado (grado aeroespacial) con recubrimiento cerámico reflectante para resistir cambios térmicos extremos. A eso le suma una correa híbrida de Nomex y Kevlar, en gris, con inserciones azul lunar que evocan el brillo tenue del regolito bajo la “Tierra llena”.

Pantalla OLED microtexturizada para reducir el reflejo en la luz solar directa sin sacrificar visibilidad y animación de fases lunares reales, con sombras calculadas según la posición actual del usuario respecto a la Tierra y el Sol.

Por su parte, el Huawei Watch Ultimate II Martian Pioneer Edition, está pensado para misiones tripuladas o hábitats marcianos, donde un “sol” (día marciano) dura 24 horas, 39 minutos y 35 segundos. El reloj traduce esa diferencia (mínima, pero fundamental para las comunicaciones) en un nuevo estándar: “Sol Sync Mode”, que convierte el horario terrestre a marciano en tiempo real.

Respecto a los materiales, comparte algunas características con su homólogo selenita. Caja de titanio con recubrimiento PVD cobrizo (para darle un toque “rojo marciano”), resistente a la oxidación férrica del polvo marciano.

La versión marciana del Ultimate II JS/GeminiJS/Gemini

En este caso, la correa FKM es en tonos rojo óxido y marrón volcánico, con ventilaciones inspiradas en dunas y fracturas tectónicas. El cristal es de zafiro con tinte ámbar, para filtrar el exceso de luz rojiza y mejorar la legibilidad bajo tormentas de polvo. A esto le suma elementos luminosos en azul turquesa: un homenaje al hielo subterráneo y a los antiguos cauces marcianos.

Si hablamos de las “especificaciones marcianas”, incorpora un modo atmosférico marciano: sensores recalibrados para presión ultra baja, temperatura extrema (-80 °C a +20 °C), y tormentas de polvo. Para la ubicación utiliza un sistema GPS interplanetario híbrido: combina navegación inercial y beacons locales (balizas básicamente), ya que en Marte no existe cobertura GPS.

En lo que respecta a la cartografía, lleva mapas topográficos interactivos: muestran en relieve digital los valles, cañones y cráteres más emblemáticos —Valles Marineris, Monte Olimpo, el cráter Gale— con coordenadas de misiones realizadas por los rovers de la NASA.

Uno de los sensores más importantes es el medidor de polvo electromagnético: detecta acumulación de partículas ferromagnéticas en los sensores y activa una autolimpieza por vibración ultrasónica, como cuando se deshace del agua en la Tierra tras ser sumergido.

Para extender su batería, está dotado con energía fotovoltaica auxiliar: un anillo solar integrado alrededor del bisel recarga parcialmente el reloj durante las caminatas bajo el tenue sol marciano. Ambas versiones tendrían los sensores habituales (frecuencia cardíaca, SpO₂, temperatura, brújula, barómetro y también compartirían un sistema de comunicación entre ellos para casos de emergencia, similar a la posibilidad de enviar mensajes bajo el agua del Ultimate II, pero adaptado a su entorno.

En la Luna se trataría del “LunarMesh Comm System” (Sistema de comunicación en red). Debido a la ausencia de atmósfera, las ondas de radio convencionales se comportan de forma muy distinta: no hay dispersión, pero tampoco reflexión o rebote útil. Por eso, la versión lunar del Huawei Watch Ultimate II utilizaría un sistema híbrido de comunicación óptica por láser de baja potencia y ultrasonido de superficie.

Cada reloj cuenta con un emisor láser infrarrojo direccional (del tamaño de un sensor de cámara) que transmite datos a corto alcance —hasta unos 2 km con línea de visión directa— entre relojes o nodos del traje. En zonas sin visión directa (por ejemplo, dentro de hábitats o cuevas), el reloj cambiaría automáticamente a modo de superficie, transmitiendo impulsos sónicos a través del suelo (a frecuencias de 20–40 kHz, inaudibles), aprovechando que las ondas se propagan bien en el regolito compacto.

Ambos modos se integran en una red autoorganizada denominada LunaMesh, donde cada reloj actúa como repetidor. Si un astronauta está fuera de alcance directo, el mensaje “salta” de reloj en reloj hasta llegar al destinatario.

En Marte llevaría el sistema “RedDust Quantum Mesh”. Aprovechando que Marte sí cuenta con una atmósfera (aunque a menudo visitada por tormentas de polvo cargadas de partículas que crean interferencias), las comunicaciones de corto alcance deben ser muy robustas. La solución es una red cuántica simplificada combinada con comunicación de baja frecuencia (VLF) y soporte óptico cuando las condiciones lo permiten.

Cada reloj incluye un transceptor VLF (entre 3–30 kHz), ideal para atravesar polvo y roca. Estas frecuencias permiten enviar mensajes preestablecidos, coordenadas y datos vitales (presión, ritmo cardíaco, etc.) hasta unos 10 km, dependiendo del terreno.

En condiciones óptimas (sin tormenta), se activa un módulo óptico direccional de fotones entrelazados, basado en experimentos de transmisión cuántica ya realizados entre satélites chinos (Micius). No se trata de enviar grandes datos, sino de validar identidad y sincronización entre relojes mediante pares cuánticos precargados.Cuando varios relojes están activos, forman una red de comunicación local que amplía el rango total hasta decenas de kilómetros.