Exploración espacial
China prueba su cohete más potente para su misión a la Luna
Será uno de los cohetes con mayor empuje de la historia gracias a un total de 21 motores.
China lleva años planificando su misión a la Luna y ahora ha dado un paso de gigante al completar una prueba fundamental de su cohete Long March-10. Esta prueba acerca al país un paso más a su ambición de llevar astronautas chinos a la superficie lunar para 2030.
En la reciente prueba, la primera etapa del cohete se encendió en tierra en la isla de Hainan (puerto espacial costero de China). Esta etapa, equipada con siete motores YF-100K, se encendió durante 30 segundos, generando aproximadamente 900 toneladas de empuje, según destacan medios chinos.
Es importante destacar que los motores funcionaron sincronizados, lo cual es crucial para la estabilidad. La prueba también proporcionó una gran cantidad de datos para probar el concepto y ayudar a mejorar futuras iteraciones del cohete.
“La prueba confirmó que los motores podían funcionar sincronizados tanto en condiciones normales como de alta potencia, y proporcionó un conjunto completo de datos”, declaró la Agencia Espacial Tripulada de China.
El Long March-10 es significativamente más potente que cualquier cohete que China haya usado antes, con aproximadamente tres veces el empuje de su actual Gran Marcha-5. Con una altura de 92 metros, tendrá 21 motores funcionando simultáneamente: siete en el núcleo y siete en cada uno de sus dos propulsores.
El desarrollo del Long March-10 comenzó en 2017 y se basa en décadas de investigación y desarrollo de motores de cohetes líquidos. La reciente prueba también se basa en un hito anterior alcanzado en junio del año pasado, cuando tres motores de la primera etapa YF-100K se encendieron simultáneamente durante varios minutos.
“Los bancos de pruebas existentes no podían soportar las enormes cargas generadas por el empuje del cohete, por lo que el equipo utilizó una plataforma de lanzamiento real para realizar la prueba de empuje de casi 1000 toneladas", declaró Guo Wei, subcomandante en jefe del cohete, al China Daily.
El cohete puede enviar 27 toneladas (aproximadamente la masa de una casa pequeña) hacia la Luna. Este cohete es fundamental para el plan de China de alunizar astronautas a finales de la década.
En total, la misión requerirá dos lanzamientos separados: uno, llamado Mengzhou, para transportar a la tripulación, y el otro, Lanyue, para llevar el módulo de aterrizaje. Según el plan, ambos vehículos se encontrarán y acoplarán en órbita lunar, lo que permitirá a los astronautas transferirse al módulo de aterrizaje y descender a la superficie. Más allá del alunizaje inicial, China y sus socios (incluida Rusia) quieren construir una base lunar en el polo sur para 2035, llamada Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS).
Esta fue la primera prueba de fuego estático a escala real del equipo en una plataforma de lanzamiento real, ya que los bancos de pruebas convencionales no pudieron soportar el inmenso empuje. Durante la prueba, los ingenieros también evaluaron los recubrimientos resistentes al calor, los sistemas de detección de fallos y la fiabilidad del sistema multimotor, todos ellos cruciales antes del lanzamiento de humanos.
Según informes, China también está trabajando en una versión reutilizable (Long March-10A) para misiones en órbita terrestre. Similar en concepto al Falcon 9 de SpaceX, esta versión no se utilizará para la misión lunar, sino para viajes a la estación espacial.
Esta prueba sirvió como ensayo general para la potencia del motor del cohete lunar. China está bien encaminada para llevar humanos a la Luna alrededor de 2030 y luego construir una base permanente. Esta prueba demostró con éxito que puede manejar la potencia bruta necesaria para lograr estos objetivos.