Estreno

«Célula de crisis» el ADN de las altas esferas internacionales

La nueva serie de Fimin deja al descubierto la ‘cara b’ de la diplomacia

Isabelle Caillat y André Dussollier en un fotograma de «Célula de Crisis»
Isabelle Caillat y André Dussollier en un fotograma de «Célula de Crisis»Filmin

En un mundo globalizado como este todo acaba afectando a escala internacional. Lo que ocurra en Yemen puede acabar afectando a las más altas esferas europeas. Los kilómetros y las fronteras ya no son barreras. Pero este tipo de ficciones en los que el equilibrio mundial queda amenazado ya no nos parece algo tan «peliculero» después del último año y medio que hemos vivido.

«Célula de crisis», de Filmin, lo tiene todo para ser considerado uno de los «thrillers» del año, igual hasta demasiado. Desde el primer capítulo la intensidad de la trama va a ser máxima, presentando a mucho personajes a la vez, en historias paralelas que poco a poco se irán conectando, algunas por casualidades un poco forzadas. Además cuenta con el «abc» de las series de tensión: traiciones, celos, conflictos de intereses, diplomacia , ambición y desapariciones.

La serie también trata otros temas de fondo, como la diversidad sexual, la justicia, el racismo o los malos tratos, pero en definitiva todo gira en torno al derecho internacional humanitario. El fútbol, el deporte rey en gran parte del globo, tendrá un papel protagonista con la presencia de un príncipe saudí que será capaz de todo para aspirar a la presidencia de la UEFA, el organismo principal del balompié europeo. Así, se muestra el fútbol como uno de los instrumentos más eficaces para concentrar poder e influencia, un atajo para ascender en las esferas internacionales e incluso en la política.

En contraposición a este ambicioso multimillonario saudí se cruzará una profesora de universidad y miembro de la organización de Derecho humanitario HCIH que solo se mueve por pura vocación. Además de los intereses y conflictos políticos que construyen la trama, el poder mediático también resultará clave en el destino de los personajes, ya que la prensa es la principal ventana que tenemos hacia el mundo internacional. Esta justiciera dedicada a la docencia, pagará las consecuencias que a veces trae moverse por los principios. Un factor común de todos los personajes de la serie es que su entorno acaba sufriendo también las consecuencias de la atención mediática que concentran y la presión a la que se someten. La vocación a veces no es el camino más recto hacia la felicidad, aunque sí el que tiene más posibilidades de éxito.

La producción visualmente resulta bastante fría, imponiéndose los planos oscuros y grises sobre cualquier otra tonalidad, además, la mayoría de escenas consisten en conversaciones en primer plano, dando total protagonismo al guion por encima de la puesta en escena y la narrativa. La forma de contar la historia es totalmente convencional, sin uso de «falshbacks» ni saltos temporales se limita a narrar lo que sucede simultáneamente en diversos escenarios internacionales como Suiza, Yemen o Londres.

La trama también intentará dejar al descubierto la hipocresía que en algunos casos se esconde detrás de ciertas organizaciones humanitarias, en la que se intenta blanquear la realidad, con un discurso muy elaborado y diseñado al detalle, pero en las que la actuación deja que desear.