Estreno

“Infiniti”: Misticismo y geopolítica entre el cielo y la tierra

AMC+ estrena este thriller de ciencia ficción sobre un misterio que rodea al silencio en la Estación Espacial Internacional

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«¿Por qué siempre ganan los rusos», es una de la frases ocultas en el guion de «Infiniti», la mini serie francesa que estrena hoy AMC+, en la que un policía kazajo y una astronauta deben salvar a uno de los integrantes de la Estación Espacial Internacional (ISS). El punto de partida es la licencia que permite seis episodios de un viaje con tintes sobrenaturales y toques de misticismo, y donde se mezclas la ciencia ficción con el western ‚el thriller y la ficción geopolítica.

Los guionistas, Stéphane Pannetier y Julien Vanlerenberghe elaboran un universo completo a partir de un viaje que hicieron al puerto espacial de Kourou en la Guayana francesa. Allí vieron «una asombrosa dualidad entre este centro espacial muy científico y la selva circundante, todavía llena de superstición». Si a esa perspectiva se le une la inspiración en el libro de Pierre Bayard «Hay otros mundos», que valida la idea de los mundos paralelos, nace «Infiniti», serie dirigida por Thierry Poiraud («Don’t grow up») que narra el cruce entre un misterio en el espacio y otro en la Tierra, que incluye un cuerpo decapitado que pertenece a un astronauta estadounidense que se encuentra actualmente en una misión de la ISS. Para suscribir esa dualidad los protagonistas son una astronauta francesa, Anna Zarathi (Céline Sallete), despedida del programa espacial, y un policía kazajo, Isaak Turgun (Daniyar Alshinov), apartado por sus superiores. Aparte de las interpretaciones magistrales del viaje interior de cada uno de ellos, hay que sumarle las imágenes de la inmensidad de las estepas de Kazajstán, y el interior de la ISS, que equipara cielo y tierra. Y durante todo el metraje vemos imágenes que nos recuerdan distintas influencias. El director reconoce que se inspiró en el realismo de «La llegada» de Denis Villeneuve, en el sentido de lo espectacular de «Interstellar» de Christopher Nolan, en el espacio según Alfonso Cuarón («Gravity») y Andreï Tarkovski («Solaris»), pero también investigaciones de «LA Confidential» y «Se7en», o incluso intrigas con los cajones de «Lost».

La serie seguramente ha ganado con haber trasladado su trama a Baikonur en Kazajstán, donde se encuentra el cosmódromo, y que permite una estética de Guerra Fría. Incluso tiene esa dualidad de ser a la vez arcaico y moderno. «En Baikonur, había manadas de camellos con yurtas (casas típicas de los nómadas) no lejos de los puestos de tiro. Encontramos esta oposición entre los aspectos muy ancestrales, el mundo atemporal de siempre, y estos centros espaciales súper interesantes. Los personajes empezaron a inventarse un poco así. Con dos personajes que llevarían estos dos universos, que podrían estar uno al lado del otro y completamente separados», explicaron sus creadores. Las tomas interiores no tuvieron lugar allí. De hecho, el 70% de las imágenes de interiores se tomaron en Ucrania, donde la estética rusa tuvo dificultades para transmitirse a la población. «Vivimos dos meses y medio en Kyiv. Hoy es doloroso porque tenemos amigos allá», confesó Céline Sallette. Los guionistas impactan al confesar que «algunos actores estaban bajo las bombas en Kyiv mientras la serie se presentaba en Cannes...».

El resultado es muy interesante, con una estética derrotista que no pierde en ningún momento el interés del espectador por la resolución del misterio, a pesar de algunas tramas cortas que no aportan a la historia, aunque sí a conocer mejor a los personajes. Una «Juana de Arco cósmica que escuchaba voces», en el personaje de la astronauta. Y un detective repudiado que tiene su propio viaje personal cargado en sus hombros e interpretado con maestría por Alshinov. La serie mejora en versión original, que además pueden subtitular, porque el elenco era tan internacional que se pueden escuchar hasta seis idiomas diferentes, que acrecientan el valor de las tramas geopolíticas con rusos, americanos, y chinos a la gresca. Sin dejar de lado que Piraud adora el thriller místico a lo «Twin Peaks».

Así que «Infiniti» lo tiene todo, nos enseña el final de una era con el desmantelamiento de la ISS (previsto para 2031) que le permite contextualizar la llegada de lanzadores privados como SpaceX. Así en la Tierra como en el cielo.