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La lección de la entrevistadora del Open de Australia, que habló del suicidio, a quienes la critican por «sobrepeso»

La exjugadora Jelena Dokic arrastra además desde hace años problemas de salud mental

Jelena Dokic
Jelena Dokicarchi

Ya es un momento mítico del tenis el momento en el que antiguas leyendas de la raqueta como John McEnroe, bajan a la pista para entrevistar al campeón. En el mundo del tenis los exjugadores suelen seguir siendo tan respetados como cuando ganaban los torneos. Pero en esta edición del Grand Slam australiano, la croata y nacionalizada australiana Jelena Dokic es quien está ejerciendo de maestra de ceremonias en el circuito femenino.

Desde que se retirara en 2014, la exjugadora de 39 años ha combinado varios trabajos con el de comentarista. Jelena se hizo famosa en Wimbledon 1999 por alcanzar los cuartos y vencer a varias favoritas, cuando tan solo tenía 16 años. Ahora más de dos décadas después, algunos usuarios en redes decidieron destacar su cambio físico, y señalando su «necesidad de adelgazar».

Jelena ha decidido reaccionar a través de las redes sociales. “Puedo y me pondré en forma para mí y para mi salud, pero tú no te convertirás en una mejor persona. El peso cambiará, pero la gente mala seguirá siendo mala. Estoy aquí, luchando por todos aquellos que están siendo abusados, avergonzados”, contestaba a uno de los que la atacaban públicamente.

Su intento de suicidio

Por si fuera poco, la salud mental de Jelena es delicada por culpa de traumas que arrastras desde el pasado. Como desvelaba en 2017, la tenista, durante su formación, fue víctima de abusos físicos por parte de su padre y reconoció que estuvo muy cerca de quitarse la vida, llegándose a plantear tirarse por la ventana: “Casi salto desde el piso 26 de mi casa y me quito la vida. Nunca olvidaré ese día. Todo estaba oscuro. Nada tenía sentido. Solo había lágrimas, tristeza, depresión, ansiedad y dolor. Los últimos seis meses han sido muy duros. He estado llorando constantemente. He estado llorando en el baño del trabajo a escondidas y limpiándome las lágrimas para que nadie me viera”.