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La surrealista conversación de Máximo Huerta con Pedro Sánchez antes de dimitir como ministro de Cultura

El periodista valenciano visitó ‘El Hormiguero’ y charló con Pablo Motos sobre cómo vivió la semana en la que fue cargo público y los meses posteriores a su dimisión

Máximo Huerta, durante su entrevista con Pablo Motos en 'El Hormiguero'
Máximo Huerta, durante su entrevista con Pablo Motos en 'El Hormiguero'Antena 3La Razón

La semana en ‘El Hormiguero’ arrancó este lunes con la visita de Máximo Huerta, donde el presentador de televisión, actual escritor y dueño de una nueva librería en Buñol charló con Pablo Motos sobre cómo vivió su dimisión como Ministro de Cultura y Deporte solo una semana después de su nombramiento.

Huerta contó al presentador de ‘El Hormiguero’ cuál es el único recuerdo que guarda del ministerio e, insistiendo en que “en ningún caso es lanzar dardos”, el periodista valenciano desveló cómo fue la última conversación que mantuvo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, antes de anunciar su salida del Ejecutivo.

“Yo no quería nada, ni cargos ni sueldo vitalicio ni ningún cargo que me ofrecieron después para quedar bien”. Esa fue la primera frase contundente de Máximo Huerta ante Pablo Motos, quien aprovechó para indagar por la corta etapa política del ex ministro de Cultura y Deporte. “Me tiraron al precipicio, esa tarde no me llamó nadie, pedí el coche y subí con el discurso para dimitir, pero yo había pagado mi deuda con Hacienda y tres multas, las dos que me correspondían y la dimisión como ministro”, explicó el escritor.

“Ser ministro lo acepté a los 30 segundos de ofrecérmelo mientras me tomaba un café y un cruasán”, señaló el exministro de Cultura y Deporte. Máximo Huerta también aprovechó para lanzar un comentario sobre si existía un interés político con sumar al Gobierno un perfil como el suyo. “Lo dijo alguien de dentro del partido”, se limitó a comentar. De toda aquella etapa, que rechacé todo, sólo me quedé con el maletín, que está en mi casa”. Ese es el único recuerdo que Máximo Huerta quiso quedarse de su breve paso por la política.

Y añadió que “me dijeron que estuviera un mes callado, estuve un mes callado no porque me lo dijeran sino porque no podía hablar, era incapaz de hablar. Me fui a Londres con mis amigos y me caí en el aeropuerto al ver las portadas”.

Por su parte, Pablo Motos continuó preguntando sobre el periodo político del periodista valenciano, por lo que el nuevo librero de Buñol prosiguió narrando lo que le ocurrió en el aeropuerto de Alicante: “Me dijeron que estuviera un mes callado, estuve un mes callado no porque me lo dijeran sino porque no podía hablar, era incapaz de hacerlo. Me fui a Londres con mis amigos y me caí en el aeropuerto al ver las portadas. Al despertarme, estaba la policía del aeropuerto hablándome como ministro. Les dije que lo último que quería es que me hablaran así. Me preguntaron si quería que me llevaran hasta el avión, pero yo no quería ningún favor, quería hacer la cola como cualquier persona”.

Desde aquel momento, Máximo Huerta no se cortó a la hora de hablar de lo duro que fue aquella etapa post ministerial: “Las miradas eran terribles. Tenía pánico de ir en tren porque todo el mundo me miraba. Me quedé en l’Albir porque allí está lleno de holandeses que no me conocían. Me daba angustia todo y más viendo que llegan otros casos en el Gobierno. Con Pedro Duque salieron y lo defendieron. Conmigo no. Me quede sin autoestima, creía que no valía para nada”.

Una de las imágenes recientes de los Goya fue ver como Máximo Huerta aparecía por sorpresa en los Goya de 2019 para entregar el galardón al mejor cortometraje. Un juego de palabras para intentar hacer broma con su pasado político. “Pensaba que si me reía de mi me vendría bien, pero tras eso todo fue a peor. Descendí hasta los infiernos. Me vino muy mal aquello”.

Fue en ese mismo instante de la entrevista cuando Pablo Motos se interesó en saber cómo fue la última entrevista con Pedro Sánchez antes de dimitir y por primera vez se ha desvelado lo surrealista que fue ese instante: “Llegué a Moncloa en coche. Llevaba el discurso escrito en el móvil. Cuando estaba ya para entrar en el despacho me dijeron que esperara. Se hizo eterna y aproveché para hacerme un selfie. Al rato entré en el despacho y lo paradójico es que tras decirle que dimitía empezó a hablarme de Rajoy, Zapatero.... Me dijo ‘todos acabamos mal. ¿De mi qué dirán? Yo ahí sólo pensaba que había ido ahí a hablar y no estaba diciendo nada. ' ¿Qué dirá de mi la historia?’, se preguntaba conmigo delante. Así fue la despedida”.

Después de aquella extraña despedida, Máximo Huerta acudió en coche hasta la sede del Ministerio de Cultura. Allí pudo, tras esperar un rato, salir en rueda de prensa y dimitir de forma oficial. “Después de ello, me fui con mi madre a casa. Cené calabacín con huevo, que me encanta. No hablé con mi madre en ningún momento. Al tiempo recibí un mensaje de que tenía que entregar la cartera al nuevo ministro. Por falta de tiempo aún no tenían la nueva y me tocó dar la mía, aunque la recuperé por detrás de las cámaras. Y en casa tengo ese maletín”, señaló el valenciano.