
Se postula
Así planea Mediaset conquistar el último canal libre de la TDT
La compañía entra en la carrera por una señal estratégica que le permitiría reforzar su posición frente al auge del streaming y las nuevas formas de consumo

Mediaset España ha decidido mover ficha en uno de los concursos más codiciados del momento: la nueva licencia de TDT en abierto con cobertura nacional. El grupo ha presentado formalmente su candidatura, completando todos los trámites necesarios dentro del plazo legal. Este paso no es menor: implica la posibilidad de abrir un nuevo canal lineal en un mercado donde el espectro es cada vez más limitado... y más valioso.
Lejos del discurso técnico o institucional, lo que está en juego es algo mucho más directo: la oportunidad de ampliar su oferta televisiva con un canal propio, nacido en plena era del streaming, pero con vocación de emisión tradicional. La televisión en abierto sigue siendo un terreno fértil para los grandes grupos, sobre todo si se combina con una estructura comercial robusta y una línea editorial capaz de conectar con nuevas audiencias.
El canal que surja de esta licencia operará dentro del múltiple MPE5, un espacio reservado a emisiones en alta definición. No formará parte del futuro despliegue en ultra alta definición, lo que permite mayor libertad para planificar el proyecto desde el presente, sin condicionantes técnicos a corto plazo. Para Mediaset, este detalle no es menor: significa estabilidad, eficiencia y control sobre el producto.
Desde el punto de vista estratégico, la jugada es doble. Por un lado, Mediaset podría reforzar su músculo lineal frente a otros operadores con trayectoria consolidada. Por otro, la irrupción de un nuevo canal podría agitar el reparto de la inversión publicitaria, atrayendo campañas específicas gracias a la segmentación y a la solidez comercial del grupo. En un mercado donde cada GRP cuenta, esto puede marcar la diferencia.
Además, esta nueva señal no solo permitiría diversificar contenidos, sino también reformular la identidad editorial del grupo, explorando narrativas distintas, géneros menos explotados o públicos más definidos. En un momento en que las plataformas reconfiguran los hábitos de consumo, apostar por un canal en abierto no es una vuelta al pasado, sino una declaración de intenciones: hay espacio para todo, si se hace con inteligencia.
Con todo, este concurso no es solo una oportunidad para Mediaset. Es también una señal de que la televisión en abierto sigue teniendo mucho que decir en el ecosistema audiovisual español. La decisión final marcará un antes y un después. Y si Mediaset logra esa licencia, el mapa televisivo podría cambiar... y no precisamente en silencio.
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