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Las ocho obsesiones de Iker Jiménez: "Cuando el periodista se funde con el caso, deja de contar la historia y empieza a cambiarla"

El maestro de ceremonias de 'Horizonte' y 'Cuarto Milenio' se ha sincerado en redes sobre los mejores libros que ha leído e investigado sobre la criminología

Iker Jiménez en 'Cuarto Milenio' Mediaset

Iker Jiménez ha compartido recientemente una selección personal de libros de investigación criminal que considera imprescindibles por su fuerza narrativa y profundidad obsesiva. Destaca “Operación Apolo” de Sergi Moyano, una obra contemporánea que narra el secuestro de Luis Suñer, el “rey del helado”. Según Iker, este libro lo impactó profundamente por cómo su autor, pese a ser joven y con escasos recursos, se dejó arrastrar por la “ibris” (una obsesión implacable por llegar a la verdad). Esta entrega personal en la investigación es lo que Iker Jiménez más valora y celebra en los escritores: no contar solo una historia, sino vivirla. La misma fascinación la expresa con “El silencio de George” de Raúl María Riebenbauer, sobre el último ajusticiado por garrote vil en España, George Welzel. Para Jiménez, estas obras no solo documentan hechos, sino que penetran en lo oculto, lo silenciado, y modifican lo que creíamos saber.

Grandes títulos nacionales e internacionales

En su recorrido por lo más crudo de la historia criminal española, Iker Jiménez rescata joyas como “Orgía de sangre” de Paco Pérez Abellán, que recrea un crimen múltiple con precisión quirúrgica, y “Los verdugos españoles” de Daniel Sueiro, donde se entrevista a los últimos ejecutores del franquismo. Este último libro, prohibido en su época, representa para Jiménez el punto donde el investigador deja de ser narrador y se funde con la historia. También menciona el escalofriante “El pantano”, investigación de Tura Soler que le inspiró incluso una pieza musical. El caso, un doble crimen en kayak, refleja esa misma obsesión que él define como “pasión desbocada”. Iker Jiménez considera que este tipo de investigaciones, realizadas con pocos medios pero con toda el alma, dignifican el periodismo y la escritura. No son libros solo para entretener, sino para despertar la conciencia y restaurar verdades enterradas por décadas.

En su biblioteca personal de más de 30.000 volúmenes, Iker Jiménez guarda obras extranjeras igualmente perturbadoras, como “El monstruo de Florencia” de Douglas Preston y Mario Spezi, que narra una cadena de crímenes en la idílica Toscana. Para él, la clave está en el tipo de autor: aquel que investiga hasta confundirse con su tema, aquel que transforma la historia a través de la verdad. Entre sus últimos destacados incluye también “Garrote vil para dos inocentes” de Carlos Fonseca, sobre el caso de Delgado y Granado en los años 60, ejecutados injustamente. Cierra su listado con un clásico olvidado: “Juventud difícil y delincuencia juvenil” de Julio de Antón, obra de campo que documenta las bandas juveniles de los años 80 desde dentro. Iker reivindica que detrás de sus programas no hay solo misterio, sino una pasión real por el conocimiento. Como él mismo dice: “Todo lo veo como un programa”, y en cada caso, busca que la verdad no se entierre jamás.