Un episodio especial
Así será el episodio más radical de "La Promesa": Curro y Lorenzo cara a cara hoy en un secuestro brutal
Esta tarde en La 1, un capítulo sin concesiones que rompe con la fórmula habitual de la serie para llevar al espectador a un terreno psicológico extremo y completamente inesperado
Nada de bailes de salón ni juegos de miradas: en el capítulo este martes de "La Promesa", lo que hay es una pistola, un secuestro y una cuenta pendiente. Curro y Lorenzo se enfrentan como nunca antes en un episodio especial que arranca con un disparo metafórico y termina con un silencio denso. No hay subtramas, no hay descanso. Solo ellos dos, encerrados, durante casi 25 minutos de tensión pura.
Xavi Lock y Guillermo Serrano se adueñan completamente del capítulo, que se convierte en un monográfico sobre la herida abierta entre sus personajes. El resultado: una pieza teatral dentro del universo serial, rodada en un único día, en un único decorado, con una narrativa visual que no tiene precedentes en la ficción española reciente. La cámara no se distrae; observa, persigue y asfixia. Todo lo que sobra se elimina.
"La Promesa" se lanza así a un terreno radical, emocionalmente violento y narrativamente audaz. Curro secuestra a Lorenzo en su habitación secreta. Quiere respuestas. O justicia. O simplemente venganza. Lo que consigue es abrir un abismo imposible de cerrar. Este episodio, escrito por Josep Cister Rubio, no solo quiebra la relación entre los personajes; descompone también la estructura de la serie y obliga al espectador a mirar donde antes prefería no hacerlo.
La excusa narrativa es clara: el inminente matrimonio entre Lorenzo y Ángela, ya inamovible pese a la oposición de medio palacio. Curro ha aceptado que su historia con la joven está condenada, pero no piensa retirarse sin marcar un punto final. Lo hace con violencia. Lo hace con memoria. Y lo hace con la desesperación de quien ha perdido toda esperanza y todo miedo.
El equipo técnico se ha volcado con este reto: planos largos, luz casi teatral, una música original firmada por Álex Conrado que sostiene el thriller emocional en cada segundo. Algunas tomas superan los 20 minutos sin cortes. La tensión es constante, sin necesidad de efectos ni de artificios. Aquí no hay trucos. Solo dos actores dándose réplica y una historia que se quema por dentro.
Este episodio marca un antes y un después en la serie de RTVE, pero también es una declaración de intenciones. "La Promesa" no se duerme. No se conforma. En pleno cierre de su cuarta temporada, y con una audiencia consolidada que supera los 1,3 millones de espectadores diarios, la serie demuestra que sigue sabiendo tomar riesgos. Y cuando lo hace, como en este capítulo, lo hace de verdad.