Estreno
«Clanes»: cuando el amor intenta apagar la sed de venganza
►Netflix acaba de estrenar este «thriller» protagonizado por Clara Lago y Tamar Novas sobre el clan de los Padín
A veces la sociedad española no es consciente de la profundidad de momentos históricos que solo recordamos como anecdóticos. Pero de eso se encarga la ficción, de recordarnos que tenemos un pasado que va más allá de la Guerra Civil y la Transición. Desastres ecológicos, asesinatos sinsentido, criminales de todas las nacionalidades campando a sus anchas, redadas, tiroteos, tráfico de personas y drogas..., todos ellos ya han caído en las redes de la producción audiovisual o lo harán tarde o temprano. Y la producción española de series centradas en el norte del país está sentando un precedente muy bueno. A este grupo pertenece «Clanes», que explora una vez más la singularidad de una parte de la sociedad española, en una comunidad autónoma con su propia idiosincrasia y que «aislada» administrativamente vive su propia vida y libra sus propias batallas. La serie, que hoy estrena, Netflix, está protagonizada por Clara Lago y Tamar Novas, creada y escrita por Jorge Guerricaechevarría («Celda 211») y dirigida por Roger Gual.
Vía Shakespeare
Según la sinopsis oficial de «Clanes», una nueva abogada llega para establecerse en el pequeño pueblo de Cambados. Se llama Ana (Clara Lago) y su presencia no pasa desapercibida para nadie, incluido Daniel (Tamar Novas), hijo de un importante narcotraficante y cabeza visible del «clan de los Padín», mientras el padre permanece en prisión. Ana, con amplia experiencia en uno de los mejores bufetes de Madrid, ha decidido empezar de cero en Galicia con la intención de saldar cuentas con su pasado. La serie tiene todos los elementos para disfrutar de un drama totalmente shakesperiano, pero imbuido del thriller rodado en Galicia. Algo tienen los pueblos del norte de vida interior a la que perturba cualquier nueva llegada. La localidad había sido golpeada años atrás por una macroredada contra el narcotráfico de las costas gallegas. Aquellos dedicados al tráfico de tabaco habían subido de nivel y ahora es la droga la que llega a toneladas y en lanchas rápidas. Por las calles todos conocen su papel, pero siempre hay imprevistos. Ana desembarca (nunca mejor dicho) sin sospechar que su plan a la desesperada buscando entre los engaños de su padre se encuentre con una sociedad subyugada y silenciada por el negocio que mueve millones en sus costas.
La serie tiene una consistencia casi antinatural, bien porque las historias de cada pescador o camarero son igual de importantes que las de los protagonistas, o porque el elenco de actores elegidos han sabido camuflarse, mezclarse y conformar un todo muy convincente y embriagador. En los aledaños de la línea argumental principal, el espectador podrá disfrutar del mar, los barcos y hasta la brisa acompañados de exabruptos en gallego. Completan a Novas y Lago, Xosé Antonio Touriñán («Cuñados»), en el papel del primo más primo del narcotráfico; Chechu Salgado («Las leyes de la frontera»), que toda producción con malos debería tener; Melania Cruz («Malencolía»), parte del foco de la historia; Miguel de Lira («Cuñados»), como auténtico capo que da miedo; Francesc Garrido («Sé quién eres»), cascado policía sin remedio; Diego Anido («As Bestas»), sufrido, y María Pujalte («Los misterios de Laura»), que se mete en su papel como si no hubiera mañana.
La serie de siete episodios es un arte del embrujo, consiguiendo dosificar a partes iguales el «thriller», la posible historia romántica, la actuación policial y hasta el drama. No veremos una historia de amor al uso, aunque sí un «Romeo y Julieta» moderno. Tampoco disparos sin disculpas ni lágrimas de cocodrilo. Las escenas de acción están medidas para botar con las olas en las lanchas rápidas mientras esperamos a ver si todos harán su trabajo o se irá al traste. También los flashback nos darán un contexto histórico para entender las pulsiones que llevan a los personajes de «Clanes» a sus últimas motivaciones. Aparte del elenco de secundarios merecen mención especial Clara Lago, en el papel de una abogada que no se conforma, cuya bondad ha desaparecido tras un plan y que es capaz de controlar su vida aunque a veces parezca lo contrario. Y Tamar Novas como esa persona que siempre está en la sombra, todo es liviano y sencillo y mientras tanto su cabeza no deja de funcionar, y al tiempo hace un truco de magia con las manos desnudas. La serie se aleja del true crime y la fidelidad a las líneas específicas, aunque la realidad salpica toda la serie, que se puede ver casi como un único capítulo o un filme. «Clanes» es toda una oda a la idiosincrasia de toda una cultura que carga con un pasado que sigue marcando a las generaciones sucesivas.
Galicia, parte del circuito «nordic noir»
►Tras varias temporadas de muchas series desarrollándose en el sur de España, haciendo acopio del calor, las mafias del lujo y el carácter de esas latitudes, hay un giro de las ficciones españolas hacia el norte con una suerte de «nordic noir». Thrillers bajo la lluvia y el frío del norte de España como «Rapa» o la reciente «Segunda muerte» en Cantabria. «Clanes» siguiendo esta estela, ha sido rodada entre Galicia, Málaga, Gibraltar, Algeciras, Madrid, Oporto y Senegal.
✕
Accede a tu cuenta para comentar