Entrevista

Mónica López: "Sufro mucho con la inseguridad y mi única salvación es tomármelo con humor"

Lo borda en la última temporada de «Rapa», ya entera en Movistar Plus+, serie que protagoniza junto a Javier Cámara

Mónica López: "Sufro mucho con la inseguridad y mi única salvación es tomármelo con humor"
Mónica López: "Sufro mucho con la inseguridad y mi única salvación es tomármelo con humor"MovistarPlus+

Interpreta a Maite en esa maravillosa «Rapa» de Movistar Plus+ que acaba de cerrar con su tercera temporada junto a Javier Cámara, coprotagonista. Una gran ficción, un thriller que deja espacio a temas tan relevantes como la enfermedad ELA o el peso de la amistad. Mónica López lo borda como guardia civil empática, serena y templada en tiempos no siempre fáciles.

P:Tres temporadas de «Rapa» y un cierre por todo lo alto.

R:Creo que ha acabado siendo redonda en el sentido de que los guionistas han cerrado todo. La enfermedad, la amistad con esta tercera pata tan fantástica que ha sido el personaje de Tacho, las tramas, que al haber metido un secuestro han sido diferentes... Y qué bueno que para Tomás (Javier Cámara) tenga que salvar a la única persona que ha admirado en su vida.

P:Una de las maravillas de esta serie es que temas tan fundamentales como la enfermedad, o la amistad potencia la serie sin arrasarla.

R:Es curioso. De hecho, no tengo muy claro si al principio la enfermedad iba a cobrar tanto protagonismo. No le restan profundidad ni importancia, pero explican cómo es la vida a pesar de las tragedias.

P:Vemos a Maite que tiene que trabajar más de lo que quisiera y no puede atender a Tomás todo lo que le gustaría y cómo Tomás se entretiene para no pensar en la muerte.

R:Es una tragedia, pero se trata con un tono muy elevado. Creo que no se va al drama y a la tragedia, aunque lo es. El secreto de este guion es que a pesar de que se trata de un tema muy serio hay mucho sentido del humor y encima con un actor como Cámara, con la retranca que tiene él en sí mismo, creo que logra que el espectador pueda respirar.

P:¿Qué ha sido lo mejor de esta serie?

R:Descubrir esa Galicia rural de la que me he enamorado o rodar con tantos actores gallegos. Y algo que me ha encantado es estar en este equipo técnico, que ya conocía de «Hierro». Yo que soy insegura me ayuda mucho aterrizar en un lugar donde me conocen porque me da tranquilidad y valentía. Es importante para no sentirme ridícula sobre todo en esa primera etapa en la que estás más verde.

P:Cualquiera lo diría...

R:Cámara me tenía que decir aquello de primero de interpretación a mis 50 años de ¡respira! «Tranquila, respira, que lo demás saldrá». Todo ha sido un regalo, incluso las dificultades de rodar en Galicia, que vas vestido de manga corta y hace un frío del copón o con la lluvia y el viento no escuchabas la réplica de tu compañero y te tienes que hacer a la idea de cuándo te la ha dado.

P:Entonces en los rodajes no todo es juego...

R:La gente se piensa que estamos jugando y una parte de eso hay, pero son duros y se echan muchas horas. Y en Galicia el clima no ayuda, pero le da personalidad.

P:Maite es todo seguridad y aplomo, sorprende oírle hablar de inseguridades.

R:Vamos a contar mentiras. Este oficio se trata de eso. El director me decía que quería aprovechar que fuera un personaje empático. ¿Existe gente así que entiende a todo el mundo? Es un personaje muy agradecido. Y sí, volviendo al tema de la seguridad, lo sufro mucho, sufro mucho en general. Soy sufridora, tengo 55 años e intento educarme y mi única salvación es tomármelo con sentido del humor.

Cámara dirigiendo es como actor, vehemente y alegre, al entrar en un sitio cambia el humor

P:Es el contrapunto con Javier Cámara.

R:Acababa una secuencia y mi cara habitual es de frustración y él me decía: «¿Mónica, cuántas secuencias te quedan? Pues tres, le decía yo. No te das cuenta de que si no estás contenta lo puedes arreglar en todas las que te quedan. Y tiene razón hacer una protagonista es más fácil, porque tienes más espacio para equivocarte y arreglarlo y aprendes muchísimo. Y es gratificante porque tienes tiempo para explicar al personaje. En un secundario tienes que darlo todo en una secuencia y media. Así que, como iba contando, sigo aprendiendo a ser más benigna conmigo, me sigue costando verme, aceptarme y sigo pensando después de una secuencia que lo tenía haber hecho mejor. Estoy aprendiendo a perdonarme.

P:¿Cómo ha sido Javier Cámara como director?

R:Fantástico. Tengo que confesar que estaba celosa porque rodé poco con ellos. Javier dirigiendo es como actuando: vehemente y alegre y cuando entra en un sitio cambia el humor. Cuenta sus chistes, se burla de sí mismo y todo es maravilloso. Te hace sentir seguro de ti mismo. Es tan vehemente que los de sonido le tuvieron que decir que se callara durante las tomas, porque se le escuchaba «maravilla, maravilla». Nos matábamos de risa. Ha descubierto una rama nueva de su oficio y va a dirigir una serie de creación propia. Tiene talento. Le envidio porque yo que soy profundamente pesimista veo cómo le da la vuelta a las cosas. Siempre he querido ser flexible y él dice que no tiene mérito.