Estreno
"The Bear" vuelve al plato vacío
Disney+ estrena la cuarta (¿última?) temporada de la serie gastronómica por excelencia de los últimos años protagonizada por Jeremy Allen White
Dejamos a todo el equipo de cocina y sala de «The Bear» celebrando una reapertura en el final de la tercera temporada de la serie de Disney+. Sin embargo, las últimas palabras fueron las agridulces que se publicaron en el «Chicago Tribune» sobre el local de la familia Berzatto: «‘The Bear’, el nuevo proyecto de Carmy Berzatto, es una adición confusa pero ocasionalmente brillante a la escena gastronómica de Chicago. Es un lugar de disonancia culinaria». Esta reseña cae como una losa sobre el chef y es el leitmotiv de la cuarta temporada.
En ella, volvemos a las vidas de Carmen «Carmy» Berzatto (Jeremy Allen White), Richard «Richie» Jerimovich (Ebon Moss-Bachrach), Sydney Adamu (Ayo Edebiri), Marcus Brooks (Lionel Boyce), Tina Marrero (Liza Colón-Zayas), Natalie «Sugar» Berzatto (Abby Elliott), Ebraheim (Edwin Lee Gibson) y el resto de satélites que orbitan alrededor del restaurante. Desgraciadamente, la tibia crítica gastronómica no es el único problema, aunque evidencia que el plan del menú cambiante de Carmy es un desastre, y pronto el tío Jimmy (Oliver Platt) se planta en la cocina con su amigo «El ordenador» («The Computer»), interpretado por Brian Koppelman, que desata la tragedia: un reloj (otra vez) permanente en la cocina del restaurante marca la cuenta atrás hacia el cierre del restaurante por falta de fondos. Vuelve así la tensión a los fogones y a las relaciones humanas entre el equipo. Syney carga con su incapacidad para hablar alto en el restaurante y duda de si continuar en el equipo o comenzar un camino en solitario junto a otro socio. Por su parte, Richie tiene menos protagonismo, pero acaba abriéndose con una vieja amiga, mientras Ebraheim abre la pregunta de qué será de cada uno de los chefs si el restaurante cierra. Marcus afina sus habilidades como pastelero mientras se replantea la relación con su padre. Y Tina se pasa toda la temporada intentando hacer un plato de pasta en menos de tres minutos. Sugar por fin lleva una vida feliz junto a su marido y a su hija, aunque el restaurante sigue rompiendo la magia con sus llamadas constantes. Y en toda esta vuelta a los comienzos de la serie, donde los personajes explotaban a nuestro alrededor y los platos del restaurante eran un lienzo en blanco, Carmy, el que más tiene que ganar o perder en esta aventura, también intenta reiniciarse. Viaja a lo profundo de su vida para buscarse fuera de la cocina. Se dedica toda la temporada a pedir perdón y a sincerarse sobre cómo empezó todo y hacia dónde va. Bajará el perfil presencial, que no el interpretativo, para dejar espacio al resto de personajes, que también incluye a los Fak, con menos presencia y selecta en esta cuarta entrega.
Es importante resaltar que la serie pasa sola, lo que significa que tampoco hay nada que nos vaya a hacer recuperar aquella primera vez que saboreamos «The Bear», y sin embargo, está llena de grandes momentos. Todo un capítulo dedicado a las trenzas de Syd, o la escena de la cocina entre hermanos que demuestra cómo el personaje de Michael se comía la pantalla, como hace su actor Jon Bernthal. También tenemos todos los «fuck» y los «shit» que nos merecemos y algunos más. Épico el episodio de la boda, con un selfie que es un gustazo en un engranaje perfectamente engrasado. Las escenas en las que aparece Jamie Lee Curtis como la cabeza de familia son sublimes, al igual que la escena de Carmy con el tío Lee (Bob Odenkirk).
Evidentemente, no podemos decirles cómo acaba la cuarta temporada de la serie «The Bear», aunque sí que el reloj del juicio final llega a cero, en varios sentidos. Ahora hay que preguntarse si volveríamos a comernos el menú de «The Bear» y podríamos acompañarles (a casi todos) en una quinta temporada.