Literatura

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Tirso de Molina: la transgresión era esto

Reparto de actores de «El pretendiente al revés», de Tirso de Molina.
Reparto de actores de «El pretendiente al revés», de Tirso de Molina.larazon

Sorprende que una comedia del siglo XVII pueda plantear de forma tan transgresora los deseos amorosos y las pasiones como «El pretendiente al revés», de Tirso de Molina. José Maya, que ha dirigido alrededor de una treintena obras del Siglo de Oro con la compañía de teatro clásico Zampanó, ha elegido esta pieza que plantea las argucias y enredos que pueden emplearse, amparados en el poder, para conseguir satisfacer los más bajos instintos. Se presenta en el teatro Fernán Gómez de Madrid con él mismo como director y actor (Duque de Bretaña), Alicia González (Leonora), Eliana Sánchez (Sirena) y José Bustos (Carlos, primo de Sirena), entre otros. El Duque de Bretaña, esposo de Leonora, vive un apasionamiento irrefrenable por Sirena, Marquesa de Belvalle. Con el pretexto de encargarse de su custodia tras la muerte de su padre, viene a por ella para llevarla a la corte de Bretaña y poder seducirla. A pesar de no ser de su agrado y de conocer las intenciones del duque, Sirena accede. Carlos, primo de ella con quien comparte su amor, los acompaña. El Duque desconoce esta relación y confiesa abiertamente a su esposa Leonora el infierno que padece por Sirena, y, aun siendo su esposa y amándola, le pide que le ayude a conseguirla. A partir de aquí comienzan el juego, los celos... Para Maya, «esta comedia es un carrusel del pasiones desenfrenadas. Tirso demuestra conocer muy bien al ser humano. No plantea el amor, sino el deseo sexual y hasta dónde se puede llegar para conseguirlo. Esto es muy fuerte para una sociedad cerrada como la del siglo XVII con valores cristianos muy arraigados. Conocía los trapos sucios y tenía la capacidad para hacer denuncias . De hecho, es el creador del mito de Don Juan, capaz de saltarse todas las normas sociales y morales». Maya defiende su absoluta vigencia de los clásicos: «Lo que denunciaban entonces sigue ocurriendo actalmente. Los textos son maravillosos y la poesía perfecta. Saben reflejar los conflictos humanos y sus pasiones como nadie. Hay que representarlos sin complejos», concluye.