Podemos

Acoso mayúsculo al arte y oficio de la tauromaquia

Podemos vuelve a atacar y quiere quitar las ayudas de Europa al campo

Imagen de la Plaza de Toros de Las Ventas
Imagen de la Plaza de Toros de Las VentasFrancisco SecoAP

Dicen que no corren buenos tiempos para la lírica, pero en verdad no corren buenos tiempos para la libertad. Así lo están sintiendo algunos sectores que sufren el acoso por parte del Gobierno en el momento más complicado de la historia. Lo es para la tauromaquia, como para muchos otros sectores estacionales, y en los que se celebran con reuniones masivas. Bien lo saben los conciertos. Lejos queda en la memoria el Wanda Metropolitano a reventar o la misma monumental de Las Ventas. Espectáculos incompatibles con esa nueva normalidad que ha impuesto la Covid y sin fecha de caducidad. Un desafío mayúsculo de subsistencia.

Hace apenas unos días que Unidas Podemos presentó una enmienda a la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia con la firme intención, que ha tenido siempre, de prohibir la entrada de los menores de 18 años a las plazas de toros y, por supuesto, erradicar cualquier posibilidad de que un menor se inscriba en una de las muchas escuelas de tauromaquia que están a pleno rendimiento en España. Trepa a la velocidad del rayo la fobia por una tradición cultural como es la tauromaquia y ahora la última noticia de Podemos es que insta a que se eliminen las ayudas para que la PAC, que es la Política Agrícola Común, quite desde Europa las destinadas a la tauromaquia.

Golpear de lleno

Podemos pretende golpear de lleno al sector que, en muchas comunidades, como por ejemplo Andalucía, es clave. Hay más de 54.000 familias que viven de la tauromaquia y que han visto cómo Pablo Iglesias solicita que les quiten esas ayudas. Precisamente a un sector que el propio Gobierno ha dejado de lado en las compensaciones económicas para contribuir a paliar los daños provocados por el coronavirus, que está dejando a muchas profesiones y familias en situaciones muy delicadas. Lejos de importarles lo más mínimo la fragilidad de parte de los españoles, cuando los poderes públicos deberían poner en práctica todos los resortes para que la sociedad salga adelante económicamente, el vicepresidente del Gobierno, en pleno Estado de Alarma en Madrid y mientras otras comunidades ven cómo cierran sus fronteras por la alta incidencia de la Covid-19, vuelve a dar un golpe de efecto en contra de la fiesta de los toros.